Un año de gestión de Zapatero
14 de abril de 2005Con “lo mejor está por venir” acabó José Luis Rodríguez Zapatero el balance que hizo al primer año de estar frente al gobierno español. De optimista es calificado por sus simpatizantes y de autocomplaciente por sus adversarios. El tono que, mayormente, impera en la prensa alemana al respecto es el primero, resaltando -aparte de su manera afable y diplomática- sobre todo la intrepidez demostrada por Zapatero al retirar las tropas españolas de Irak, desmarcándose así de la política pro-estadounidense de su antecesor, José María Aznar.
Los análisis del primer año del gobierno de este mandatario de 44 años, miembro del Partido Socialista Español, no escasean desde el triste primer aniversario del atentado terrorista en Madrid, el 11 de marzo de 2004. El 11-M provocó el vuelco en las elecciones españolas que tendrían lugar tres días más tarde, las cuales el Partido Popular en el gobierno, estaba seguro de ganar. La manera de tratar el tema del gobierno del entonces presidente José María Aznar atizó la furia de la población. El resultado de las elecciones tomó por sorpresa a todos, incluido al propio Zapatero que había dado una imagen más bien tímida hasta ese momento.
Prolífico en sonrisas
Si hasta que asumió el poder, se lo apodaba “Bambi” tanto por sus llamativos ojos azules como por su manera suave y conciliadora, la faceta enérgica salió pronto a relucir con el anuncio de la retirada española de Irak. A un año de su gobierno, sin embargo, su manera afable no ha variado y sigue “repartiendo sonrisas”, como lo acusaban sus adversarios a 100 días de su gobierno.
La energía oculta
Obviamente, las relaciones españolas con Washington sufrieron bajo esa decisión del nuevo gobierno, y más aún con su exhortación a los demás países a seguir el ejemplo español. Y si bien entretanto las relaciones entre ambos países se han normalizado, de estrechas o especialmente cordiales no podrían calificarse a diferencia de lo que ha sucedido con Francia y Alemania, los dos países europeos que, en su momento, más se opusieron a la guerra contra Irak.
Logros en política exterior
En su balance, Zapatero resumió su política exterior con los términos: “paz, cooperación y solidaridad” mencionando a Marruecos –con el que las relaciones han alcanzado un nivel de cordialidad poco común en los últimos años-, a Francia –que junto con Alemania conforma un eje en cuanto a política exterior y europea-, y a Portugal. Con este último, sobre todo desde que llegara al poder, en febrero de 2005, el socialista José Sócrates hay muchos puntos y proyectos comunes.
Una sospechosa cooperación
En su discurso, pronunciado frente a los diversos grupos parlamentarios, el jefe del gobierno español destacó también las buenas relaciones con América Latina. Al respecto, en la cumbre con varios mandatarios sudamericanos en el mes de marzo en Caracas, tanto Zapatero como Hugo Chávez, Alvaro Uribe y Luiz Inácio Lula da Silva se pronunciaron por una cooperación más estrecha. Una de las concretizaciones de la cooperación, no deja de ser preoucpante, pues se trata de una millonaria venta de armas al controvertido mandatario bolivariano.
¿Falta de claridad o estrategia?
Si bien sus detractores critican duramente una falta de toma clara de posiciones, otros análisis ven en ello habilidad diplomática y estrategia para lograr imponer su línea de “izquierda moderada”. Así, por ejemplo, si bien rechaza el plan separatista vasco, no desaprueba una mayor autonomía para la problemática región española. Si por un lado apoya el desarrollo del aparato de seguridad europeo, ha aprobado la legalización de inmigrantes, aún en contra de la postura de otros países de la Unión Europea, como Alemania. Parte fundamental del programa de cambio serían también sus proyectos de legalización del matrimonio homosexual y las relajación de la ley del divorcio y aborto, proyectos que encuentran sus mayores adversarios en la Iglesia Católica. En resumen, “España va mejor” declaró Zapatero al final de su balance de un año de gestión. Si así no fuere, en todo caso su imagen en el exterior sí que lo hace.