Temas ambientales para la segunda vuelta electoral en Brasil
5 de octubre de 2010La interpretación más repetida en los diarios de todo el mundo es que el Gobierno de Lula fue el gran perdedor de la primera vuelta de las elecciones presidenciales brasileñas, al no haber logrado su sucesora una victoria contundente.
Al fin y al cabo, Dilma Rousseff había sido presentada por la prensa internacional como la candidata del todavía presidente, que ganaría los comicios ya en la primera vuelta, recuerda Peter Fischer-Bollin, director de la germana Fundación Konrad Adenauer en Río de Janeiro.
“Si Rousseff se impone en la segunda vuelta, nadie se acordará de ese detalle. Al igual que ya nadie recuerda que Lula necesitó dos vueltas en las elecciones en las que fue elegido presidente, y ello no resultó ser ningún impedimento para que se convirtiera en el jefe de Estado más popular de la historia de Brasil”, argumenta Bollin.
Según Yesko Quiroga Stöllger, representante para Brasil de la también alemana Fundación Friedrich Ebert, haber ganado ya en la primera vuelta hubiera sido “demasiada suerte para Rousseff”. Los electores brasileños votan con una cierta coherencia, observa. “Si comparamos estos resultados con los de las elecciones presidenciales de 2006, vemos que Dilma Rousseff obtuvo más o menos el mismo porcentaje de votos que Lula en aquel año. Y ella incluso ganó en más Estados que él”, afirma Stöllger.
Lucha más dura
La suavidad con la que José Serra ha librado su campaña presidencial debería ahora quedar atrás. La contienda por la victoria el 31 de octubre promete ser dura. Fischer-Bollin, por su parte, no se arriesga a adelantar un favorito para esta segunda vuelta.
“Pienso que los más interesante en el duelo del segundo turno será la reacción de Serra. Va a resultar interesante ver cómo se adapta a la nueva situación, si aparecerá más agresivo, si se decide a hacer referencia a la política de Fernando Henrique Cardoso o si continúa presentándose como el mejor sucesor de Lula”, opinó Fischer-Bollin en conversación con Deutsche Welle.
En la Fundación Friedrich Ebert de Brasil confían en la victoria de Dilma Rousseff: “en realidad, pienso que los tres candidatos pueden estar muy satisfechos. Serra superó las cifras pronosticadas por las encuestas previas, que decían que obtendría el 28 por ciento de los votos y al final ganó el 33 por ciento. Pero Rousseff obtendrá la mayoría en la segunda vuelta, ya que en la primera alcanzó el 47 por ciento, lo cual no es poco.”
Stöllger, que sigue por primera vez una elección presidencial brasileña, constató un tono agresivo en las campañas, mientras que en los debates reinaba un clima más calmo.
El efecto Marina Silva
A Marina Silva le correspondieron 19,6 millones de papeletas, lo cual es más que la diferencia de sufragios entre Rousseff y Serra, que fue de aproximadamente 14,5 millones. Ambos contrincantes flirtean ahora con los electores de la candidata del Partido Verde. Stöllger hace hincapié en el hecho de que dos mujeres hayan conquistado más de dos tercios de los votos de los brasileños y dice: “no recuerdo un caso similar en ningún otro país democrático del tamaño de Brasil”.
Silva aún no ha hecho público a quién concede su apoyo, pero su opinión tendrá sin duda peso en la segunda vuelta. “Fue a partir de Marina Silva que temas como el desarrollo sostenible y una postura ética en cuanto a los avances en el campo de lo social ascendieron a la lista de prioridades políticas del electorado brasileño. Rousseff y Serra seguramente van a hablar más de estas cuestiones en las próximas semanas”, opina el director de la Fundación Konrad Adenauer.
Ambos tendrán que demostrar ser merecedores de la confianza conquistada por Silva en la primera fase de las elecciones. La comunidad internacional deberá acompañar atenta este desarrollo: “en Alemania es imposible hablar de Brasil sin asociar al país con su potencial ambiental”, dice Fischer-Bollin.
El rol de Brasil en el mundo
Los representantes en Brasil de estas dos fundaciones alemanas creen que el cargo de presidente del país latinoamericano, con una creciente presencia internacional, significa un papel importante en la tribuna global.
“Pero, claro que tanto para Dilma Rousseff como para José Serra será difícil llenar el vacío que dejará Lula, alguien que goza de reconocimiento en todo el mundo, también en Alemania, no sólo como líder de Brasil, sino del conjunto de los países emergentes”, afirma Fischer-Bollin.
Sin embargo, el alemán cree que es muy pronto para prever el rol que Rousseff o Serra ocuparán en el escenario internacional, y cita el desarrollo de la canciller alemana, Angela Merkel: “cuando asumió, nadie esperaba de Merkel que fuera a jugar un papel tan importante a nivel mundial. Hoy, tras gobernar desde hace casi seis años, su actuación recibe grandes elogios. Pero, al principio, pocos se hubieran aventurado a prever tal cosa”.
Ante aberraciones políticas como la de Tiririca, el payaso elegido como diputado federal por São Paulo con el mayor número de votos, Stöllger relativiza: “eso no es exclusivo de Brasil. Países como EE.UU. e Italia ya eligieron antes candidatos de características exóticas que no encajaban en la vida política”.
Autora: Nádia Pontes / Valeria Risi
Editora: Luna Bolívar Manaut