Latinoamérica en el centro de Bonn
7 de diciembre de 2008Su fundador, el doctor Hermann Görgen, alemán de nacimiento con corazón latinoamericano a raíz de sus años de estancia en Brasil, nunca se imaginó que el amor por países del otro lado del mundo le impulsaría a fundar una de las ONG más antiguas de Alemania: Centro Latinoamericano (LAZ). Ya son 47 años de trabajo, hombro a hombro con ONG en 11 países: Argentina, Honduras, México, Chile, Perú, Ecuador, Brasil, El Salvador, Colombia, Surinan y Paraguay.
De ello han resultado más de 600 proyectos y miles de caras felices.“Apoyar a las personas con menos recursos económicos en Latinoamérica es muy gratificante.Con los aportes financieros y sobre todo con la fuerza y el trabajo de los beneficiarios se llevan a cabo proyectos increíbles”, comentó a DW WORLD Diana Alvarado, jefa de los proyectos para el mundo hispanohablante.
Actualmente, LAZ trabaja desde Bonn en coordinación con sus socios en Latinoamérica y, como cualquier otra organización en el área de cooperación al desarrollo, obtiene también aportes a través de donaciones privadas, patrocinadores y otras actividades que realizan.
En Chile construyeron un centro politécnico para la formación técnica en servicios de alimentación colectiva, electricidad e instalaciones sanitarias para aproximadamente 480 jóvenes. En Brasil edificaron varios centros de cómputo para alrededor de 29 mil beneficiarios y en Honduras cuatro escuelas para siete distritos, beneficiando a más de 1.500 personas. En Perú se construyó un comedor popular con mejoramiento de sus zonas de higiene y en unos meses se planea la edificación de un Centro Médico para los damnificados del terremoto en Chincha Alta, donde darán atención médica a bajo costo a más de 37 mil personas.
"Es muy importante resaltar el gran compromiso en el cual nos involucramos todos al trabajar en un proyecto y, más que nada, la lucha de las personas que participan directamente en el proyecto, motivadas por conseguir un cambio en su vida. Para LAZ es muy importante apoyar proyectos en los cuales los beneficiarios sean los protagonistas de su propio desarrollo. Esa es la única forma de garantizar el éxito", comenta Diana Alvarado.
Cambiando la realidad
El total de beneficiarios no es fácil de calcular, porque la mayoría de proyectos son iniciativas pequeñas, las cuales con el paso del tiempo y de acuerdo a la eficiencia del mismo se multiplican, logrando efectos secundarios y beneficiarios indirectos que, en un principio, no se calculan.
Un caso ejemplar se registró en Perú, donde se creó un taller de costura para madres cabeza de familia. Durante un tiempo las mujeres asistieron a clases y recibieron la dotación para poner en marcha el taller. Este proyecto logró ser sostenible, llegando el final del proceso para LAZ cuando la municipalidad cedió el local donde funciona el taller y pagó el salario a una profesora dedicada a orientar a las nuevas alumnas. "Esto ha sido lo más importante, encontrar un Gobierno que se sienta responsable y se comprometa de alguna forma a seguir apoyando estas iniciativas, aprovechando la ayuda y las oportunidades dadas por otros países como Alemania", concluye Diana Alvarado en Bonn.