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Cruciales elecciones en Kosovo

Emilia Rojas23 de octubre de 2004

Con escasa participación ciudadana, pero sin mayores altercados, tuvieron lugar en Kosovo las segundas elecciones desde que la ONU asumió su tutela en 1999, tras la sangrienta guerra librada entre serbios y albaneses.

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El presidente kosovar, Ibrahim Rugova, y sus adeptos, en Pristina.Imagen: AP

Diez mil policías resguardaron el orden durante los comicios parlamentarios de Kosovo, considerados cruciales no sólo para esa provincia serbia de mayoría albanesa, sino también para toda la región. Los respaldaron también más de 19 mil soldados de las tropas internacionales (KFOR), dirigidas por la OTAN. Además, 13 000 observadores se movilizaron para velar por la limpieza de estas elecciones, en que 1,3 millones de personas fueron convocadas a las urnas .

Lo que está en juego

El enorme despliegue de seguridad demuestra, de por sí, la importancia de lo que está en juego en esa conflictiva zona, donde los sangrientos disturbios del mes de marzo echaron por tierra la ilusión de la estabilidad lograda con notables esfuerzos internacionales. La calma se mantiene, pero es frágil, y sigue a flor de piel la hostilidad entre los grupos étnicos, que viven en sus respectivos sectores.

La situación probablemente no variará en forma sustancial mientras no se resuelva el asunto de fondo: el status definitivo de Kosovo. Serbia no está dispuesta a renunciar a esa provincia, mientras la mayoría albanesa que la habita sigue aspirando a la independencia. Se requerirán pues arduas negociaciones para llegar a un acuerdo político, que hasta ahora se ha postergado. Ciertamente era necesario un tiempo para restañar las heridas más dolorosas de la guerra, que cobró cerca de 10 mil víctimas. Pero la administración de la ONU sólo es una solución de parche y se vuelve imprescindible acometer la delicada tarea.

La minoría serbia

Dar marcha a las conversaciones debería ser el cometido central del parlamento que ahora eligieron los kosovares, en una jornada en que no hubo mayores disturbios, pero sí un serio motivo de preocupación: la falta de entusiasmo por acudir a las urnas. Especial inquietud provoca, en este contexto, el boicot de buena parte de la población serbia. De hecho, la “Lista de los Serbios de Kosovo y Motohija”, que representa a la mayoría de ese grupo étnico, sólo se inscribió para los comicios después de que el presidente serbio, Boris Tadic, la instara a participar. Para ello fue necesaria una autorización especial de la administración de la ONU, ya que el plazo reglamentario había vencido.

Los serbios, que representan cerca del 10% de la población, tienen reservados de entrada un 10% de los escaños en el parlamento, de 120 diputados. Igual porcentaje ha sido asignado a priori a las otras minorías. No obstante, el recelo y los problemas de seguridad inhiben la participación. No son las mejores premisas, pero eso no opaca el logro que significa la celebración de estos comicios en paz, tras una campaña electoral en que todos los partidos respetaron las reglas del juego.