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“Burla a las víctimas”

Pablo Kummetz25 de agosto de 2009

Los editorialistas analizan hoy, entre otros temas, la liberación del terrorista libio Mohamed al Megrahi, condenado por el atentado de Lockerbie.

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Abdel Baset al Megrahi es saludado a su arribo a Libia.Imagen: AP

¿Liberación arbitraria?

THE GUARDIAN, Londres: “La impresión de que la liberación de al Megrahi fue arbitraria es tanto más dolorosa cuanto no existen otras razones para ello, luego de sólo ocho años en prisión de una pena a cadena perpetua. El floreciente comercio entre Gran Bretaña y Libia no puede ser comparado con el proceso de reconciliación en Irlanda del Norte. Entonces, el perdón era un requisito para la paz. Ahora se les dice a los familiares que no existe relación alguna con las relaciones internacionales. La posibilidad de que la Justicia se haya equivocado –debido a las dudas con respecto a las declaraciones del testigo principal de la fiscalía– puede haber influido sobre la decisión. Pero para los familiares, ello sólo empeora las cosas.”

Triunfal recibimiento

EL PAÍS, Madrid: “El triunfal recibimiento otorgado por Libia al terrorista Abdelbaset Alí Mohamed al Megrahi, excarcelado por motivos humanitarios al padecer un cáncer terminal, ha generado una comprensible oleada de indignación en Reino Unido y Estados Unidos, países de origen de la mayoría de las 259 víctimas del avión de la compañía PanAm derribado por una bomba el 21 de diciembre de 1988 sobre el pueblo escocés de Lockerbie. Otras 11 personas murieron en tierra, la mayoría en sus casas, al ser alcanzados por los restos del avión. A la indignación de los familiares de las víctimas se ha sumado las críticas del presidente de EE UU, Barack Obama, cuyo Departamento de Estado intentó sin éxito evitar la excarcelación del terrorista. La actitud exhibicionista del coronel Muammar el Gaddafi ha colocado en una situación embarazosa al Gobierno británico, que ha intentado desviar la responsabilidad hacia el Gobierno autónomo de Escocia, que fue el que adoptó la decisión, sin que conste que haya habido negociación entre Londres y Edimburgo. Las circunstancias extraordinarias del caso han desatado todo tipo de conjeturas sobre pactos secretos de explotación petrolífera entre Reino Unido y Libia. El reciente encuentro en Corfú, aparentemente casual, entre Peter Mandelson, secretario de Estado de Comercio, y Seif al Islam Gaddafi, hijo del dirigente libio, arroja más sombras sobre el asunto.”

Elecciones en un país arcaico

ZüRCHER ZEITUNG, Zúrich: “La utilidad y el sentido de estas elecciones no son en primer lugar elegir al mejor candidato para el cargo de presidente. Las elecciones son una manifestación y un acto de expresión política. Su objetivo es demostrar que el experimento comenzado en 2001 en Bonn no ha fracasado: darle un mínimo de estabilidad y seguridad a un país arcaico y devastado por décadas de luchas. (…) El rumbo tomado sigue siendo el correcto y no hay actualmente razón alguna para abandonarlo.”

Informaciones falsas

CHARENTÉ LIBRE, Angoulême: "Antes de la publicación de los primeros resultados parciales de las elecciones presidenciales en Afganistán ha aumentado la propagación de informaciones falsas por parte de los dos candidatos principales, Hamid Karsai y ABdulá Abdulá. (…) En vista de las crecientes tensiones entre ambos, la comunidad internacional ha redoblado sus advertencias, exigiendo que se respete hasta el final el desarrollo del proceso electoral. Está claro que ni la OTAN ni EE. UU. quieren que la disputa empeore, en un país en el que rápidamente se recurre a las armas para dirimir conflictos.”

Sudor en la frente

LA REPUBBLICA, Roma: “La época de la tortura como medio del bien contra el mal ha terminado. Los torturadores deben pagar por lo que han hecho. El anuncio realizado por el presidente norteamericano, Obama, de excluir a la CIA de los interrogatorios y confiar las investigaciones a un grupo de funcionarios bajo la dirección del FBI es una decisión éticamente necesaria, pero también un gran riesgo político. (…) De filas de la CIA y sobre todo de los Republicanos se oyen protestas contra una “santa Inquisición”, que inevitablemente se transformaría en un juicio a Bush y Cheney. Y si Obama espera que la oposición apoye aunque más no sea un poco sus esfuerzos por imponer una reforma del sistema de salud, no puede darse el lujo de llevar a juicio a Bush y el “bushismo”. (…) Pero por lo menos los torturadores sentirán el sudor en sus frentes.”

Editor: José Ospina Valencia