Londres y los aplausos de Libia
24 de agosto de 2009Berliner Zeitung, de Berlín: “Se acumulan los indicios de que el gobierno británico no observó la expulsión (del único condenado por el atentado de Lockerbie) tan desinteresadamente como sostiene. Londres dejó la decisión en manos del gobierno regional de Escocia. No obstante, el jefe de Estado libio, Muammar al Gaddafi, agradeció entretanto al primer ministro británico, Gordon Brown, por su ayuda; el ministro de Industria, Peter Mandelson, se ha visto en la necesidad de dar explicaciones porque se reunió en las vacaciones con el hijo de Gaddafi. Y el acuerdo con Libia sobre intercambio de prisioneros obviamente no lo firmó Escocia, sino Westminster. El indulto no será una desventaja para la segunda potencia económica europea.”
Ingenuidad escocesa
The Times, de Londres: “Era ingenuo creer que el gobierno libio iba a tratar el regreso de Al Megrahi como un tema secundario. Esa esperanza cayó por la borda en el mismo instante en que Al Megrahi descendió del avión en Trípoli. Los televidentes vieron en las pantallas cómo era recibido por una entusiasta multitud que, junto con banderas libias, ondeaba también banderas escocesas. En las próximas semanas, él no desperdiciará ninguna oportunidad para asegurar que es inocente y el líder revolucionario Muammar al Gaddafi posiblemente lo incorporará a las celebraciones de su cuadragésimo aniversario en el poder. Las posibilidades de avergonzar al gobierno escocés parecen ser ilimitadas.”
Incendios forestales: batalla perdida
En cuanto a los incendios forestales que asolan a Grecia, escribe el Corriere della Sera, de Milán: “Grecia e Italia son hermanas en todo, como dice el dicho: en las buenas y en las mala. Así, los incendios en ambos países parecen seguir cada año de nuevo, en forma sincronizada, un terrible libreto. Primero aparecieron las llamas en Cerdeña, la isla italiana reina del turismo. Ahora en Grecia. Hace dos años, el drama de los incendios dejó hasta 70 muertos en el Peloponeso. (...) Tanto aquí como allá, todos saben que los incendios más graves en su mayoría son intencionales y que resulta casi imposible dar con los responsables. (...) Y, aunque esta vez no lamentemos muertes, queda el amargo sabor de un déjà vu (...) y la certeza de que los asesinos de la naturaleza, tanto en Italia como en Grecia, volverán a quedar impunes”.
La última oportunidad del G20
De los bonos que reciben los ejecutivos bancarios y bursátiles se ocupa La Tribune, diario financiero de París: “Se debe reformar el sistema de honorarios de los bancos, con sus famosos bonos, que contribuyó a provocar la crisis dado que incentivó a los corredores de bolsa a asumir riesgos desproporcionados. La política tiene una responsabilidad en este aspecto. Pedirles a los corredores bursátiles que se restrinjan a sí mismos es tan serio como dejar a los niños de un jardín infantil solos en una dulcería. Todos estos personajes del mundo financiero quieren naturalmente retornar al mundo de ayer, que les deparó riqueza. Por eso, los gobiernos deben llegar a un acuerdo para imponer nuevas prácticas. El tiempo apremia. La reunión del G20, el 24 de septiembre en Pittsburg, podría ser la última oportunidad. Después la reactivación cobrará fuerza y hará desaparecer la presión por el cambio. Y será entonces hasta la próxima crisis, que llegará inexorablemente si nada se modifica.”
ERS/dpa/afp
Editora: Cristina Papaleo