Worpswede: 125 años de arte
En el siglo XIX, unos artistas fundaron una colonia en el pequeño pueblo de Worpswede, en el norte de Alemania. La colonia original ya no existe, pero se mantiene como un pueblo de artistas, con actividades culturales.
La colonia de artistas
Querían alejarse del mundo, encontrar motivos pictóricos en el campo y desarrollar su propio estilo. En 1889, los jóvenes Fritz Mackensen, Otto Modersohn y Hans am Ende dejaron la academia y fundaron una colonia en el pequeño pueblo de Worpswede, en el norte de Alemania. En este cuadro de 1905 de Heinrich Vogeler aparecen su mujer Martha, Otto Modersohn y Paula Modersohn-Becker.
De hogar a museo
La misma casa del cuadro, creada por Heinrich Vogeler y conocida como Barkenhoff, es hoy uno de los museos más importantes de Worpswede. La antigua residencia del pintor, diseñador y arquitecto alberga una importante colección de obras y objetos del artista, y es una pieza clave para conocer los orígenes y la historia de la colonia.
La inspiración
Ubicado en Baja Sajonia, a unos 30 kilómetros de Bremen, en la zona conocida como Teufelsmoor (Pantano del Diablo), Worpswede impresionó profundamente a los primeros artistas con sus paisajes de pantanos, canales y campos. Aislados del mundo, encontraron aquí la inspiración que buscaban. También el escritor Rainer Maria Rilke se sumó al grupo y en 1903 publicó su libro “Worpswede”.
Retratos de la vida diaria
Este cuadro de Fritz Mackensen retrata uno de los paisajes clásicos de Worpswede: el canal y los tradicionales botes de madera con velas de color café, conocidos como Torfkähne, que antiguamente se usaban como medio de transporte y para trasladar turba para combustión y calefacción.
Paseo por los canales
Hoy los botes siguen haciendo su recorrido por los canales de Worpswede, pero llevando a los turistas, quienes llegan para dar un recorrido por las galerías y museos, conocer la historia de la colonia o comprar alguna pieza de arte o artesanía. También para disfrutar de la vida al aire libre, como los antiguos habitantes del pueblo.
Paula y el expresionismo
Incomprendida en su tiempo y de una corta pero intensa etapa creativa, Paula Modersohn-Becker es quizás la artista más célebre de Worpswede. Esta precursora del expresionismo alemán estuvo casada con Otto Modersohn, uno de los fundadores de la colonia, y murió prematuramente en 1906, a la edad de 31 años. Su casa museo alberga una importante colección y su tumba es también visita obligada.
Arte vivo
Worpswede es un caso único: en un pequeño pueblo de 5.000 habitantes hay actualmente seis museos, numerosas galerías, talleres de pintores, escultores, fotógrafos, grabadistas y músicos, entre muchas disciplinas. Si bien la colonia original ya no existe, se mantiene como un pueblo de artistas, con exposiciones y actividades culturales durante todo el año.
Casas con historia
En este conjunto de casas tradicionales de Baja Sajonia funciona el museo conocido como Haus im Schluh. Tras su separación del pintor Heinrich Vogeler, su mujer Martha fijó aquí su residencia. Hasta su muerte en 1961 reunió una valiosa colección de cuadros y objetos de tres generaciones de artistas.
Primavera en Worpswede
Al igual que otros museos de Worpswede, Haus im Schluh es actualmente un renovado y moderno centro acondicionado para las exposiciones. Uno de los cuadros más importantes y representativos de la colonia es “Primavera”, de Heinrich Vogeler, con su mujer y musa como protagonista. Bien vale hacer una pausa en el recorrido para admirarlo.
La quesera
Una de las curiosidades del pueblo, que da muestra de su ambiente creativo, es esta casa redonda conocida como Käseglocke (quesera), por su particular forma. Fue construida en madera en 1926 para el escritor Edwin Koenemann. La edificación es actualmente un monumento y en su interior alberga un museo de muebles y objetos.
Nuevo comienzo
Diferencias artísticas y también políticas hicieron que la colonia se disolviera. El régimen nacionalsocialista buscó instrumentalizar Worpswede como aldea modelo. El fin de la Segunda Guerra Mundial supuso una apertura al mundo y el pueblo vivió un despertar con una nueva oleada de artistas en los años 50 y 60. Una exposición en la Kunsthalle retrata estos procesos.
Mito y modernidad
Con motivo del aniversario 125 de la fundación de la colonia, los museos y galerías de Worpswede revisan la historia y la evolución del pueblo y sus artistas. “Mythos und Moderne” y “Worpswede nonstop” son algunas de las múltiples exposiciones y retrospectivas con que estarán celebrando durante este año.