Se suponía que Vietnam iba a ser el próximo pilar de una coalición liderada por Estados Unidos contra una Chinacada vez más agresiva y beligerante. Hanói teme las reivindicaciones de Pekín en el Mar de China Meridional. Allí, Pekín está construyendo y militarizando islas artificiales, y el gasto militar de China está en máximos históricos. Una guerra podría estallar en cualquier momento, las milicias chinas ocupan desde hace años partes de las islas Spratley, que pertenecen a Filipinas.
La visita del presidente estadounidense Biden pretendía elevar a un nuevo nivel la alianza de los dos antiguos adversarios de guerra. Porque, sin el compromiso de Washington en Asia, la fuerza liderada por Xi Jinping sería imparable. La política exterior de Hanói, hasta ahora estaba comprometida con una cierta forma de neutralidad: Vietnam no quería posicionarse en el conflicto entre China y Rusia, el país ha querido mantenerse al margen de los conflictos armados.
¿Se está poniendo a prueba la confianza de EE. UU.?
Pero, poco antes de la visita de Biden, el New York Times escribe que Hanói quiere comprar sistemas de armamento a Rusia para estar mejor equipado en un posible conflicto con China. Sin embargo, para llevar a cabo esta compra de armas, Hanói tendría que eludir las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados contra el Kremlin. Según el New York Times, esto se hará a través de un proyecto de oleoducto en Siberia.
Si Hanói persiste en la compra, los dirigentes políticos del país autocrático corren el riesgo de poner en peligro su recién adquirida confianza con Estados Unidos. Al mismo tiempo, los planes de compra significan que Hanói está dispuesta a abandonar su postura neutral entre China y Rusia, independientemente de que esto acabe ocurriendo. Esto, sin duda, enfadará a Pekín.
¿Acceso a tecnología militar con el nuevo orden mundial?
Sin embargo, la ira de Xi Jinping no solo se desatará contra Hanói, sino también contra el Kremlin. Xi ha ofrecido a Putin un bromance entre dictadores y ha reforzado el vínculo entre ambos durante una visita a Moscú el pasado mes de marzo. Según Xi, ha llegado el momento de construir conjuntamente un nuevo orden mundial en el que China y Rusia dominen y Estados Unidos quede atrás.
Pekín también esperaba que esta nueva alianza le diera acceso a tecnologías militares que Rusia había ocultado hasta ahora a los comunistas chinos. Que Moscú se plantee ahora vender esas tecnologías a un país que Pekín pretende dominar, en un momento en que Hanói busca también una mayor proximidad a Estados Unidos, no puede ser visto por Xi sino como una traición a su amistad con Putin.
Aumenta la probabilidad de un conflicto entre tres potencias
En general, todos los países de Asia aspiran actualmente a una mayor seguridad y proximidad militar con Estados Unidos. El hecho de que esto se aplique también a antiguas naciones enemigas, como Estados Unidos y Vietnam, muestra hasta qué punto es realista el peligro de una guerra de agresión china en la región. Hay varios lugares donde podría estallar la guerra, desde el Himalaya, región en la que Nueva Delhi y Pekín mantienen un enconado pulso, hasta la república insular democrática de Taiwán, que Pekín quiere conquistar e incorporar a su territorio.
Washington no puede permitir que Hanói se salga con la suya en un acuerdo armamentístico con Rusia. Pekín tampoco puede, por otras razones. Esta nueva constelación hace más probable un conflicto a tres bandas entre Estados Unidos, Rusia y China por Vietnam. Sin duda, Joe Biden no era consciente de la posibilidad de tener que considerar Vietnam como otro posible escenario de guerra antes de su visita.
Alexander Görlach es miembro sénior del Consejo Carnegie de Ética en Asuntos Internacionales e investigador asociado del Instituto de Internet de la Universidad de Oxford. Tras estancias en Taiwán y Hong Kong, esta región del mundo, especialmente el empoderamiento de China y lo que este significa para el mundo libre, se convirtió en su tema central. Ocupó varios cargos en la Universidad de Harvard y la Universidad de Cambridge.
(gg/ms)