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Cumbre UE antes de Copenahgue

11 de diciembre de 2009

Obligarse a limitar a 2 grados el calentamiento global es la propuesta que lleva la UE a Copenhague. Para los países en desarrollo, la UE pone a disposición fondos y promete reducir hasta un 30% si otros ponen el hombro.

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El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el primer ministro sueco, Fredrik ReinfeldtImagen: DW

De Copenhague no saldrá el tratado que reemplace al de Kyoto, eso está claro desde hace tiempo y así lo expuso la canciller alemana Angela Merkel al final de la reunión de jefes de Estado y de Gobierno, en Bruselas. Pero puede salir una postura común seria que permita un posterior tratado. Lo que en su opinión es imperativo para no declarar Copenhague un fracaso es “el acuerdo político vinculante de limitar a dos grados el calentamiento global”.

Ésa es la postura que han logrado en su último encuentro los 27 países que forman la UE: promover que todos los países participantes en Copenhague reconozcan ese límite, que ese reconocimeinto sea vinculante y que estén dispuestos a que Naciones Unidas –en forma de un organismo nuevo creado con ese propósito- controle la puesta en práctica de las medidas adoptadas en contra del calentamiento global. Las medidas concretas de la reducción de emisiones de CO2 tendrían que ser definidas a lo largo de los próximos dos años.

Los otros también tienen que reducir

“Sin el aporte de países como China, Brasil e India ese objetivo es inalcanzable”, afirma la canciller alemana, aún cuando los países industrializados –hipotéticamente- redujeran a cero sus emisiones.

La Unión Europea se ve a sí misma como líder en el tema de la protección climática. Su anuncio de reducir en un 20 por ciento hasta el año 2020 sus emisiones –en comparación al año 1990- es el objetivo, hasta el momento, el más ambicioso. Es más, hasta un 30 por ciento de emisiones estaría dispuesta a reducir, pero sólo en caso de que otros países, también Estados Unidos, se comprometan a aportar lo suyo.

“Europa frena en vez de poner dinámica en el asunto”, critican parlamentarios europeos de la bancada de Los Verdes, que ven en estas vagas promesas una oportunidad desaprovechada de asumir liderazgo mundial en el tema.

Ayuda para los países pobres

De los estimados 100 mil millones de euros que se necesitarán hasta el año 2020 los países en desarrollo para,sin frenar su desarrollo, reducir emisiones, la UE está dispuesta a poner 2400 millones anuales, en los próximos tres años.

“Estoy seguro que este anuncio va a agilizar la última fase de las negociaciones en Copenhague”, declaró optimisma el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. Los miembros de la UE participan de manera voluntaria en estos fondos de desarrollo de diversa manera: los mayores donantes son Gran Bretaña, Alemania y Francia. “El mensaje de Europa está claro: es el tiempo de los hechos”, declaró el primer ministro británico, Gordon Brown.

27 de 180 están de acuerdo

Lo que ha hecho Europa es ahorrarse la vergüenza de que Copenhague fracase, opinan voces críticas, entre ellas la de la portavoz de la bancada ecologista, Rebecca Harms. Visto así, la decisión de hoy era casi obligatoria: varios países en vías de desarrollo amenazan con hacer naufragar la cumbre mundial sobre el clima si los países ricos no les ayudan a luchar contra las emisiones. Una ayuda de unos 7000 millones anuales requieren los países en desarrollo en los próximos 3 años, pero, como aseveró, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, “el inmovilismo costaría más”.

Como fuere, para la Cumbre de Copenhague, esta última de 27 mandatarios europeos en Bruselas ha logrado una postura más o menos común. A pesar de ello, así la canciller Merkel en rueda de prensa, “con 180 países asistentes a la Cumbre de Copenhague, la última semana del encuentro será muy interesante. Y muy difícil”.

Autora: Mirra Banchón
Editor: José Ospina