Ucrania: Mariúpol bajo fuego
24 de enero de 2015Al menos 27 civiles murieron y otros 100 resultaron heridos este sábado (24.1.2015), tras el bombardeo del que fue objeto una zona periférica del puerto ucraniano de Mariúpol, en el este del país. Así lo informó el Ministerio del Interior en Kiev. Los medios locales con corresponsales en la ciudad mostraban imágenes de automóviles en llamas y una densa columna de humo negro elevándose hacia el cielo.
El Gobierno de Kiev y los separatistas prorrusos se acusaron mutuamente del ataque. Según el Ejército ucraniano, el barrio residencial fue alcanzado por cohetes del tipo Grad. Los separatistas negaron haber disparado contra Mariúpol.
Mientras tanto, las partes en conflicto volvieron a atacarse mutuamente en varios puntos del este de Ucrania. La nueva escalada de violencia tiene lugar poco después de que los secesionistas declararan el fracaso de la tregua de Minsk –suscrita el 5 de septiembre de 2014– y anunciaran una gran ofensiva. Esta situación amenaza con dar al traste con las esperanzas de una solución pacífica del conflicto.
Intercambio de acusaciones
El estado de cosas en Ucrania se ha deteriorado notablemente desde la reunión celebrada el pasado miércoles (21.1.2015) en Berlín por los ministros de Relaciones Exteriores de Alemania, Rusia, Ucrania y Francia. Decenas de civiles han muerto a partir de ese día. El secretario del Consejo Nacional de Seguridad en Kiev, Alexander Turchinov, acusó a Rusia de haber apoyado a los separatistas leales a Moscú en su ataque a Mariúpol.
Por su parte, los insurgentes prorrusos hablaron de una provocación del Gobierno de Kiev, al asegurar que no tenían emplazadas en la zona piezas de artillería con el alcance necesario para el ataque. La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), sin embargo, aseguró que el ataque fue lanzado desde territorio controlado por separatistas prorrusos. Un análisis de los boquetes dejados por los impactos de los cohetes del tipo Grad y Uragan demostró que los proyectiles vinieron de dirección noreste y este, comunicó la OSCE. Esas zonas son controladas por rebeldes, señaló la organización, que añadió que sus observadores vieron edificios destruidos, entre ellos una escuela.
También se hizo un llamado a retirar las armas pesadas del frente, tal como habían acordado representantes del Gobierno ucraniano y de los separatistas prorrusos en Minsk, la capital de Bielorrusia. Aunque la OSCE se declaró dispuesta a mediar nuevamente entre las partes en discordia, los separatistas se han negado por el momento a asistir a nuevas conversaciones en Minsk.
El líder de los rebeldes, Alexander Zajarchenko, dijo que solo está dispuesto a hablar con el presidente ucraniano, Petro Poroshenko.
Un polvorín llamado Ucrania
Un residente de Mariúpol comentaba que los rebeldes ya habían tomado control del aeropuerto de esa localidad y que habían comenzado a “destruir a la ciudad misma”. No obstante, las agencias de noticias no lograron contactar a líderes rebeldes que pudieran corroborar esa información de manera inmediata. La crisis empeora en esta exrepública soviética y afecta las relaciones entre Moscú y Occidente.
El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, convocó para este domingo una reunión del Consejo Nacional de Seguridad. El primer ministro Arseni Yatseniuk pidió al Consejo de Seguridad de la ONU la convocatoria de una reunión urgente sobre la situación en el este del país. Poroshenko analizó la situación en conversaciones telefónicas con el presidente del Consejo de la UE, Donald Tusk, y la encargada de Asuntos Exteriores de la UE, Federica Mogherini. Letonia, en tanto, reclamó un encuentro extraordinario de ministros de Exteriores de la UE.
Estados Unidos condenó duramente el ataque. El secretario de Estado, John Kerry, calificó de irresponsable y peligroso que Rusia provea a los separatistas con las armas más modernas y amenazó con mayor presión contra Moscú. La Unión Europea (UE) instó a Rusia a que deje de apoyar militar, política y financieramente a los separatistas porrusos, "para evitar consecuencias devastadoras para todos", según declaró en Bruselas la jefa diplomática de la UE, Federica Mogherini. La diplomática italiana recordó que Moscú ejerce una influencia considerable sobre los separatistas y advirtió sobre el riesgo de que las relaciones entre la UE y Rusia se deterioren aún más. Después de la UE, también la OTAN reclamó a Rusia dejar de apoyar a los separatistas.
La nueva escalada de violencia amenaza con acabar con las esperanzas de una solución pacífica del conflicto. La situación en la convulsa región este de Ucrania se ha deteriorado notablemente desde la reunión celebrada el pasado miércoles en Berlín por los ministros de Relaciones Exteriores de Alemania, Rusia, Ucrania y Francia. Decenas de civiles han muerto a partir de ese día. Según datos de Naciones Unidas, el conflicto en el este de Ucrania ha causado desde abril de 2014 la muerte de más de 5.000 personas.
ERC/RML ( dpa / AP / Reuters / AFP / Deutschlandfunk )