Triunfo estudiantil
30 de enero de 2008El caso ha llamado la atención pública desde hace meses. En resumidas cuentas, todo comenzó cuando un grupo de estudiantes de la ciudad alemana de Colonia lanzaron un portal de Internet llamado Spickmich, donde es posible calificar a los maestros. En poco tiempo, el sitio ya contaba con cientos de miles de abonados e incluía foros de discusión diseñados para los escolapios.
Algunos maestros no estuvieron de acuerdo con que los alumnos les reviraran las calificaciones, sobre todo si las categorías se referían a cuán “chistoso” o cuán “cool” era cada titular de materia. Entablaron, en consecuencia, una auténtica batalla legal para tratar de impedir la iniciativa escolar.
Libertad contra privacía
El año pasado, los profesores sufrieron reveses jurídicos en dos instancias: la Audiencia Territorial de Colonia y el Tribunal Superior Territorial de la misma localidad. En esta ocasión, los magistrados de la Audiencia Territorial corroboraron su fallo de 2007, según el cual el otorgamiento de notas para calificar a maestros pertenece al ámbito de las libertades individuales.
Los demandantes argumentaban que la iniciativa constituía una invasión a su esfera privada. En cambio, los jueces consideraron en esta tercera diligencia que “la libertad de expresión conoce límites. Sin embargo, en este caso no se produjeron críticas malintencionadas ni ofensas flagrantes”.
Además, “la valoración no modifica ni la imagen ni la personalidad general de los demandantes, sino que se refiere a aspectos concretos de su desempeño laboral”, según el fallo dado a conocer este martes en Colonia.
Bernd Dicks, representante de Spickmich, afirmó que “la decisión jurídica constituye un triunfo para la libertad de expresión”. Pero no todos están de acuerdo. Pese a los criterios manifestados por los jueces, organizaciones como la Asociación Filológica de Renania del Norte-Westfalia y el Sindicato Educación y Ciencia mantienen su reclamo.
Dicen, entre otras cosas, que “la protección a la privacidad debe tener mayor importancia en este caso que el derecho a expresarse”. Señalan además que fallos como el de este martes “animan una cultura de anonimato, cobardía y falta de valor civil”.
Nuevo proyecto
Como quiera que sea, el fallo permite a Spickmich seguir operando y ofreciendo un foro de expresión a más de 400.000 usuarios, de acuerdo con cifras del propio portal. Desde febrero de 2007 han sido calificados 250.000 profesores, que en promedio han obtenido calificaciones aprobatorias.
Tal y como se ven las cosas, la batalla jurídica no se quedará allí. El fallo admite apelación, e incluso revisión. Pero los promotores de este espacio cibernético ya tienen en puerta un nuevo proyecto. Ahora serán los padres quienes califiquen, a través de Internet, las escuelas a las cuales asisten sus hijos.