Tercer programa de ayuda para Grecia
13 de julio de 2015Al final terminaron todos exhaustos. A pesar de que, tras 17 horas de duras negociaciones en la sala de juntas del Consejo Europeo en Bruselas, Angela Merkel se mostró fresca y despierta ante los medios de comunicación. Si las conversaciones mantenidas subieron de tono, es algo que no se sabrá por boca de la canciller alemana. Lo único que ha reconocido es la gran objetividad que reinó durante la reunión. Y, una vez más, parece que la persistencia de Merkel ha vuelto a dar sus frutos. Ha conseguido lo que quería.
Turno de los parlamentos
“Es un acuerdo que hemos alcanzado los 19”, dijo Merkel. Ahora Grecia deberá asumir la responsabilidad que implica el tercer plan de rescate, que supondrá un desembolso de entre 82.000 y 86.000 millones de euros procedentes del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). Los detalles se negociarán una vez los parlamentos hayan dado el visto bueno al acuerdo. Mientras tanto, la canciller alemana ha pedido paciencia. Y es que, primero, este miércoles (15.07.2015) el Parlamento griego deberá aceptar el acuerdo y aprobar las primeras leyes que exigen las medidas acordadas. Entre ellas, la armonización de los impuestos sobre el valor añadido y la reforma de las pensiones. Una vez se haya dado este paso, el Parlamento alemán se reunirá y dará el visto bueno. “Recomiendo que acepten el acuerdo”, instó Angela Merkel de antemano a sus opositores en el Bundestag.
Las reformas y el vuelco de Tsipras
En las próximas semanas, por tanto, el gobierno griego tendrá que empezar a aplicar las reformas acordadas. Éstas incluyen nuevas reglas para la recapitalización de los bancos, procedimientos en lo que se refiere al derecho privado y, entre otras, una reforma profunda del mercado laboral. El acuerdo contiene todo lo que Alexis Tsipras, hasta ahora, se había negado a aceptar, y contra lo que el pueblo griego votó “Oxit” hace poco más de una semana. Y es que al final, según explicó el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el referéndum sólo empeoró la posición negociadora del dirigente de Syriza.
El rescate griego tendrá nuevos frentes a partir de ahora. Para empezar, el FMI volverá a tomar parte en el nuevo plan a partir de la primavera de 2016. Asimismo, se establecerá un fondo de privatización de 50.000 millones de euros que se financiará con los pagos al Fondo Europeo de Estabilidad (ESM, por sus siglas en inglés). Y, por último, los inspectores anteriormente demonizados que en su día pertenecieron a la denominada troika tendrán que regresar a Atenas. En contra de este último punto estuvo luchando anoche, hasta bien entrada la madrugada, el primer ministro griego. Pero su batalla fue en vano. Al final sólo le quedó una opción: aceptar o desechar por completo la oferta de la Eurozona. Las discusiones interminables, al parecer, sólo habrían servido para convencer a Tsipras de la necesidad de aceptar el plan de rescate. Sobre todo teniendo en cuenta la amenaza que había sido la base de las negociaciones durante toda la semana. Una solución alternativa, la salida de Grecia del euro a través de “un grexit a tiempo parcial en cinco años”.
La batalla política continúa en Atenas
Lamentablemente para Tsipras, las negociaciones no han terminado. Y es que a pesar de que ahora tendrá que tomar decisiones difíciles, el acuerdo permitirá a Grecia volver a levantarse. Para el primer ministro, la batalla política se ha trasladado ahora a Atenas, donde tendrá la ardua misión de convencer a su partido y al resto del Parlamento de la necesidad de aceptar el acuerdo. El futuro inmediato de Grecia depende del Eurogrupo y el BCE. De hecho, hoy mismo se decidirá si la perspectiva de un nuevo programa de ayuda es suficiente para aumentar el límite de los préstamos de emergencia a los bancos griegos. Si es así, éstos podrían volver a abrir parcialmente en los próximos días. También hoy, a lo largo del día, los ministros de Finanzas de la zona euro se reunirán para aprobar la concesión de un crédito puente por valor de 12.000 millones de euros al gobierno de Atenas. Lo que servirá, por lo menos, para poder pagar los próximas cuotas al BCE y al FMI.