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Teatro en Alemania, pasión de multitudes

Carmen Victoria Méndez27 de noviembre de 2012

En Alemania, las artes escénicas superan al fútbol como afición preferida por las multitudes. Para millones de alemanes, el teatro forma parte de las actividades normales en su agenda.

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Imagen: DWH. Kermani

Es dificil imaginar que en un país la gente asista más al teatro que al fútbol, pero las estadísticas no mienten: En la temporada 2010-2011 los escenarios alemanes lograron congregar más de 19.976.664 de espectadores, mientras que 17.331.881 personas asistieron a los partidos de primera y segunda división de la Bundesliga.

Las estadísticas de la Deutschen Bühnenverein, que agrupa las funciones de los teatros, ballets y orquestas, revelan que las manifestaciones de las artes escénicas y la música son una parte muy importante de la cotidianidad de Alemania. Las razones de este fenómeno son varias, pero una de las que tiene más peso es el número de salas y un sistema que combina los teatros públicos (financiados por los gobiernos estadales, locales y municipales) y las iniciativas privadas.

Incluso en la provincia existen salas con programación variada y elencos fijos. Un ejemplo de ello es Bad Godesberg, un distrito urbano de 31.97 kilómetros cuadrados y 68.000 habitantes, ubicado en la ciudad de Bonn, la antigua capital. En ese reducido sector convergen cinco teatros: Das Haus an der Redoute, la Kammerspiele Bad Godesberg, el Kleines Theater im Park, el Piccolo Puppenspiele y el Kleine Beethovenhalle. “Nosotros no necesitamos viajar a Berlín para ver buen teatro. En la región tenemos muchos teatros pequeños que podemos visitar”, dice Walter Ullrich, quien fundó el Kleines Theater im Park en 1958, en un sótano de Bad Godesberg.

De los palacios a los sótanos

Kleines Theater Bad Godesberg
El Kleines Theater de Bad GodesbergImagen: DW/Max Marenbach

Desde la sede de la compañía, en una modesta villa ubicada en un parque, la cual alguna vez fue sede del ayuntamiento, el director explica que la semilla de este sistema está en la propia historia del país. “Hace 150 años Alemania no era una nación constituida, sino un conglomerado de principados. Cada príncipe quería tener su propio teatro. En esa época había teatros de muy alta calidad en pequeñas ciudades como Meiningen o Detmold. Desde entonces el público alemán se acostumbró a asistir a las obras”, indica Ullrich.

Los llamados Kellertheater, o teatros de sótanos surgieron después de la Segunda Guerra Mundial. En esa época muchas salas quedaron en ruinas, y los actores no podían enrolarse en grandes compañías. Fue así como comenzaron a surgir modestas agrupaciones constituidas por pocas personas que presentaban obras en locaciones que originalmente no estaban pensadas para albergar montajes, en su mayoría sótanos. “Esa tradición la hemos continuado nosotros también”, dice Ullrich.

El papel de las asociaciones

Las 161 butacas de este teatro suelen estar ocupadas hasta en un 95 por ciento. La compañía cuenta con 1.700 abonados. Aunque se trata de un teatro local, los abonados del Kleines Theater no provienen exclusivamente de Bad Godesberg. Su director asegura que el público qu regularmente asiste los montajes está diseminado en un radio de 50 kilómetros. “Ello se da en parte porque existen organizaciones como la Theatergemeinde y la Volksbühne, que se ocupan de trasladar a los espectadores con autobuses. En los sectores rurales existe la Theaterverein, que tiene 30 miembros. Ellos se ponen de acuerdo y rentan un autobús para venir por la noche a la presentación”, indica el director.

Otra de las claves es el sistema de abonos. En Alemania es común recibir un abono para asistir al teatro como regalo de navidad, lo que permite ahorrar dinero y tiempo.

Autora: Carmen Victoria Méndez

Editor: Enrique López