Moscú busca nuevos clientes para el gas y el petróleo
7 de abril de 2022Rusia es el mayor exportador de petróleo y gas natural del mundo. De acuerdo con la Agencia Internacional de la Energía (AIE), un 45% del presupuesto estatal de Rusia en 2021 provino de las ganancias resultantes de esas dos fuentes de energía.
Con sus compras de petróleo y gas, la Unión Europea (UE) ha sido durante un largo tiempo el mejor cliente de Rusia. En octubre de 2021, la Administración de Información Energética (AIE) de Estados Unidos informó que un 49% del crudo y condensado de Rusia fue adquirido por los países europeos miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
En cuanto al gas natural, el rol de Europa como principal mercado de Rusia ha sido aún mayor: poco menos de un 75% de todas las exportaciones rusas de gas natural tuvieron como destino los países europeos en 2021, de acuerdo con la AIE.
Sin embargo, la indignación generalizada debido a la invasión rusa de Ucrania, así como la creciente evidencia de que el Ejército ruso está, presuntamente, cometiendo crímenes de guerra, ha hecho que la UE acelere sus planes para alejarse de la dependencia de los combustibles rusos.
La velocidad y la extensión que puedan tener esos planes en lo que respecta al gas natural, en particular para países como Alemania e Italia, sigue siendo materia de intensos debates.
Pero si el plan de la Comisión Europea de que el bloque se independice de todos los combustibles fósiles rusos "bastante antes de 2030” se convierte en realidad, Rusia pronto necesitará nuevos clientes.
¿Mayor acercamiento a China?
La pregunta que surge es quiénes serán esos nuevos compradores. Es probable que Rusia se enfoque en aumentar las ventas a clientes ya existentes que no le han impuesto sanciones, como, por ejemplo, China. En términos de petróleo, China es el mayor comprador no europeo e Rusia, ya que adquirió la mayor parte de las exportaciones rusas de crudo a países de la región asiática y de Oceanía en 2021.
Asimismo, Rusia es actualmente el segundo mayor proveedor de petróleo de China, detrás de Arabia Saudita. Según expertos, uno de los objetivos clave del Kremlin en los próximos años es superar a sus rivales de Oriente Medio para convertirse en el principal proveedor de crudo de China.
"Desde el punto de vista de los mercados energéticos, la dinámica más interesante que se observará este año es cómo Rusia trata de desplazar sus relaciones comerciales de larga data desde Medio Oriente hacia el este asiático”, explica a DW Fernando Ferreira, analista de riesgo geopolítico en la consultora de energía Rapidan.
Otra gran meta de Moscú en este sentido será incrementar los volúmenes de venta a India de manera significante. El país de 1.380 millones de habitantes es el tercer mayor consumidor mundial de petróleo, cuya gran mayoría necesita importar.
Irak, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos son los mayores proveedores de India, y en 2021, Rusia solo fue el origen de un 2% de importaciones indias de crudo. Pero eso ya es una señal del cambio que se está produciendo. India no condenó las acciones de Rusia en Ucrania en marzo y abril, y sus compras de crudo ruso aumentaron drásticamente.
A pesar de eso, hay dudas aún acerca de en qué medida podrían países como China e India reemplazar la demanda europea de combustibles fósiles.
Alternativas más difíciles para el gas ruso
Así las cosas, para Rusia será mucho más fácil hallar nuevos mercados para el petróleo que para el gas. Mientras el crudo puede movilizarse físicamente sin problemas hacia nuevos mercados, el tránsito del gas está ligado indefectiblemente a los gasoductos, y la capacidad de producción rusa de Gas Natural Licuado (GNL) todavía está muy por detrás de la de sus competidores.
Para reemplazar el mercado europeo del gas, la mayor apuesta de Rusia parece ser también China. En febrero, Pekín y Moscú anunciaron un contrato de provisión de gas ruso por 30 años a través de un nuevo gasoducto. También acordaron que las ventas se realizarían en euros.
Por otra parte, Rusia también estableció estrechos lazos con Pakistán en cuanto a la venta de gas ruso. Rusia aceptó construir el gasoducto Pakistan Stream, que cuesta 2.000 millones de dólares (unos 1.800 millones de euros), y transportará GNL desde el puerto pakistaní de Karachi, en el sur, hacia el norte del país. Como su vecino India, Pakistán tampoco ha condenado la invasión rusa de Ucrania.
Margarita Balmaceda, asociada del Centro Davis de Estudios Rusos y Euroasiáticos de la Universidad de Harvard, señaló a DW que la retórica rusa sobre desplazar las ventas de gas desde Occidente hacia Oriente excede lo posible: "La realidad es que esos proyectos necesitan financiación masiva, y si no hay financiación, no se realizarán”, sostuvo.
Además, agrega Balmaceda, Rusia podría, teóricamente, construir nueva infraestructura para abastecer el mercado energético de China e india con gas en el futuro, pero eso también requeriría "inversiones masivas”, lo cual no parece ser realista dado el panorama económico ruso. Según Ferreira, otra opción sería que Rusia construyera nuevos gasoductos entre China y Siberia Occidental, o usara los ya existentes. Pero eso "tomaría tiempo”. Es decir, que no hay una solución inmediata para la exportación de gas ruso, subrayó.
¿Pérdida de poder para Rusia?
La consecuencia de ello a largo plazo es, según el experto, que Rusia dejará de ser el mayor actor global en los mercados energéticos al perder sus mercados o las tecnologías para que estos continúen en funcionamiento.
Balmaceda, quien publicó recientemente un libro sobre los recursos energéticos de Rusia bajo el título "Cadenas energéticas rusas: la reconstrucción de la tecnopolítica desde Siberia hasta Ucrania y la Unión Europea", expresa sus dudas al respecto. Según la especialista, la energía rusa podría volver a ser aceptada nuevamente en los mercados europeos a no ser que un grupo de interés lo suficientemente fuerte se opusiera a eso, por ejemplo, productores de carbón, fabricantes de energías renovables o productores de GNL, y convenciera a las autoridades de abandonar la energía rusa.
Los gasoductos que ya han sido construidos para transportar gas desde Rusia podrían ser un argumento, ya que esa inversión –un "costo hundido”- no puede ser recuperada. A eso se sumaría que países como Hungría y Serbia están dispuestos a seguir comprando gas ruso en el futuro. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, dijo el miércoles (6.04.2022) que su país aceptaría pagar el gas en rublos, según lo requirió el presidente ruso, Vladimir Putin.
(cp/ers)