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Serbia: post Milosevic

5 de octubre de 2010

A diez años de los levantamientos de sacaron del poder al líder serbio Slobodan Milosevic, el balance que sacan los observadores y la oposición de entonces dista de ser positivo.

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5 de octubre de 2000: toma del Parlamento en Belgrado.Imagen: Picture alliance/dpa

Diez años han pasado desde que los levantamientos populares, las huelgas generales y la desobediencia popular en Serbia lograran que Slobodan Milosevic, el entonces presidente yugoslavo, dejara un poder al que había llegado liderando el movimiento nacionalista a través de las guerras civiles en los Balcanes. El líder serbio fue el primer presidente en activo acusado ante el Tribunal Penal para la Antigua Yugoslavia por crímenes de lesa humanidad, genocidio, deportación de cientos de miles de personas. De 66 puntos constaba la acusación que pendía contra él ante la corte internacional, y de cuyo veredicto se libró con la muerte.

La oposición y la esperanza en las calles

El 5 de octubre de 2000, miles de manifestantes salieron a expresar su furia a las calles de Belgrado: de las elecciones presidenciales del 24 de septiembre, Slobodan Milosevic se había declarado vencedor. Periodistas acreditados en Belgrado recuerdan que los visados para informar durante esos días fueron cancelados; muchos representantes de medios internacionales se vieron obligados a abandonar el país. “Yo no tenía visa; estaba en Montenegro, en el exilio. Un día antes de las protestas crucé la frontera sin permiso policial”, cuenta Renate Flottau, corresponsal en los Balcanes del semanario alemán Der Spiegel.

Para los observadores internacionales estaba claro que allí iba a tener lugar el enfrentamiento de la oposición contra el régimen. El Parlamento acabó en llamas; cuando los manifestantes prendieron fuego al edificio de la televisión estatal, se perdió toda posibilidad de emitir hacia fuera de Serbia imágenes del histórico día. La única vía de comunicación era el teléfono. Zoran Djindic, luego primer ministro del país y posteriormente asesinado, se mostró ante la prensa alemana optimista de que el cambio estaba al llegar. Que Milosevic ordenara responder militarmente no se descartaba en aquel momento. Pero antes del mediodía del 6 de octubre, el mandatario reconoció su derrota electoral. “Recuerdo que estaba eufórica y que pensé 'ahora empieza Serbia un capítulo completamente nuevo'”, cuenta la periodista de Der Spiegel. “Gotov je”, ha terminado, repetía el eco en la ciudad, cuentan testigos presenciales.

Después de 15 años de guerras y extrema pobreza debida también a la poderosa mafia estatal, la caída del régimen de Milosevic y sus allegados se percibía como una luz al final del túnel. Los cientos de miles de personas que hicieron públicas sus protestas en Belgrado, así los analistas, veían en ello el camino hacia un futuro democrático, hacia una integración del país en la Unión Europea, hacia una economía de mercado.

Supporters of Serbian opposition cheer and wave party flags during a protest organized by the Democratic Opposition of Serbia (DOS) at the Belgrade main square, Saturday, 30 September 2000 to protest the federal electoral commission's call for a run-off vote on 08 October. The Serbian opposition today called for an overall campaign of 'civil disobedience and the boycott of all state institutions from Monday'. dpa
Manifestaciones en Belgrado, 30 de septiembre de 2000.Imagen: Picture alliance/dpa

Diez años después

Una década más tarde, poco ha cambiado: si bien el incitador de las guerras civiles en la ex Yugoslavia en la década de los noventa murió en La Haya, decenas de sus seguidores se mantienen en altos cargos estatales y en importantes sectores de la economía privada, dicen los expertos. Su esposa Mirjana Markovic, a quien se tiene por el cerebro del desmoronado régimen, y su hijo Marko siguen exiliados en Rusia y son prófugos de la Justicia desde 2002. Las acusaciones contra ellos prescribieron este octubre y ahora anuncian su vuelta a los Balcanes.

Los textos filosóficos y poéticos de Mirjana Markovic- socióloga de 68 años, primero comunista y luego nacionalista- han sido elogiados por los medios fieles al clan Milosevic; su obra científica -comparada con las teorías de Marx, Lenin o Mao- fue traducida bajo los costos del Estado serbio incluso al chino. Su hijo Marko, de 36 años, disfruta de cuantiosos bienes familiares. De acuerdo a las autoridades, ambos se enriquecieron mediante el contrabando de cigarrillos mientras se mantuvo el sistema, contando con el apoyo de la policía secreta y la aduana.

¿Un héroe nacional?

El 7 de octubre de 2000, Milosevic entregaba el poder a su contrincante en las elecciones; Vojislav Kostunica se convirtió en nuevo presidente. Los incondicionales del que había sido líder de los serbios desde 1989, no obstante, siguieron considerándolo un “héroe nacional”. Apenas cuando en 2001, en la Conferencia Internacional de Donantes, se trató de miles de millones de euros en ayudas para Serbia y Montenegro a cambio de poner a Milosevic a disposición de los tribunales, el entonces primer ministro Zoran Djindjic lo entregó al TIPY. El 12 de marzo de 2003, Djindjic moría en un atentado frente a la sede del Gobierno serbio, del cuál hasta el día de hoy se desconocen los autores.

Con todo, Milosevic, abogado por la Univesidad de Belgrado que nunca reconoció la legitimidad de la corte internacional ni responsabilidad alguna en los crímenes que se le imputaban, asumió su propia defensa, y el proceso se extendió. El 11 de marzo de 2006 fue encontrado muerto en su celda de la Unidad de Detención de Naciones Unidas en La Haya. Causa del fallecimiento: un infarto cardíaco.

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Serbia presentará a finales de este octubre su solicitud oficial de ingreso en la Unión Europea.Imagen: Marina Maksimovic

¿Nada ha cambiado?

A diez años que oficialmente acabara el régimen de Milosevic, Serbia espera que a finales de este octubre se presente formalmente su solicitud de ingreso a la Unión Europea. Sin embargo, el balance que saca la oposición de aquel entonces es bastante negativo: las viejas fuerzas siguen en el poder y la corrupción y la injusticia social no han cambiado. “Como hasta el 5 de octubre de 2000, la política amenaza la existencia de la gente normal y las esperanzas de mejorías han sido frustradas”, declara a agencias Miodrag Isakov, quien el 5 de octubre de 2000 abanderaba el levantamiento y el anhelo de cambio por las calles de Belgrado.

Autor: Ognjen Cvijanović/ Mirra Banchón
Editora: Luna Bolívar Manaut