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¿Se apodera China de la economía de Portugal?

Jochen Faget
1 de agosto de 2018

Cuando Portugal estaba en manos de la troika, China realizó compras masivas de empresas portuguesas. Ahora pretende tomar el control del mayor productor energético. ¿Sacrifica Portugal independencia económica y política?

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Portugal Lissabon Chinesische Investitionen
Imagen: Jochen Faget <[email protected]>

En el pasado, el productor energético portugués EDP fue una orgullosa empresa estatal con más de 25.000 empleados. Pronto podría convertirse en un lucrativo consorcio en manos chinas. La estatal China Three Gorges, que posee ya una cuarta parte de la empresa portuguesa, presentó en la Bolsa de Valores de Lisboa una oferta para comprar el resto de las acciones de EDP.

Se trata de un plan maestro, con el cual la República Popular China pretende ocupar áreas clave  de la economía portuguesa, advierten algunos críticos. Los chinos son tan bienvenidos como cualquier otro inversionista extranjero, dice, en cambio, el gobierno.

El frenesí comprador de China en Europa ha causado críticas en otros países: en Alemania, a causa de la adquisición de empresas clave en los sectores médico, automotriz y de robótica; en Grecia, por la compra del importante puerto de Pireo.

La economía del Estado portugués, afectada por tribulaciones crónicas, se alegra por las inyecciones financieras desde China, especialmente porque éstas la ayudaron a superar la dura fase de la troika. Durante la crisis financiera, la república popular emprendió una avanzada masiva en empresas estatales y compró –como nadie más- bonos de deuda portuguesa.

Sede del banco de inversiones Haitong en Lisboa
Sede del banco de inversiones Haitong en LisboaImagen: Jochen Faget

Inversiones estratégicas

Hoy, la aseguradora portuguesa Fidelidades pertenece al consorcio Fosun, lo mismo que la altamente lucrativa Luz Saúde, que administra clínicas privadas. Fosun también controla una cuarta parte del banco Millenium BCP. Haitong compró por cerca de 400 millones de euros al banco de inversiones BESI, mientras que el grupo HNA entró como socio minoritario en la empresa de aviación TAP. Una cuarta parte del proveedor de energía portugués REN pertenece, desde tiempos de la troika, a la firma china State Grid International.

En Sines, al sur de Portugal, un puerto de aguas profundas poco utilizado, fue renovado por empresas chinas. "Los chinos invierten sobre todo en el sector financiero, en aseguradoras y bancos, así como en infraestructura", dice Ilídio Serôdio, vicepresidente de la Cámara de Comercio Luso-China, en Lisboa.

"Las inversiones chinas ayudaron al gobierno a reducir el endeudamiento público durante la crisis", afirma el vicepresidente de dicha cámara. Al mismo tiempo, agrega, se atrajo a otros inversionistas. Por una parte, llegó al país capital necesitado con urgencia. De ello surgió un "clima favorable para la inversión. Los chinos aprovecharon el momento adecuado y llegaron masivamente a Portugal."

Ilídio Serôdio, vicepresidente de la Cámara de Comercio Luso-China
Ilídio Serôdio, vicepresidente de la Cámara de Comercio Luso-ChinaImagen: Jochen Faget

¿Inversión a costa de independencia?

El arribo fue, de hecho, demasiado masivo, dicen algunos expertos en economía. Critican, sobre todo, el intento de hacerse por completo de la compañía de electricidad EDP. "Desde el punto de vista económico, no tiene lógica que el que, por mucho, es el mayor productor de energía eléctrica del país sea controlado solo por uno de los accionistas", señala Joao Duque, profesor de economía. Por eso es tan sorprendente que el gobierno portugués nada haya hecho por impedir el intento de adquisición.

Las autoridades portuguesas pusieron freno hace un año a la compra de la empresa de aviación TAP por parte de un consorcio estadounidense, conservando para sí el 50 por ciento de las acciones. Su contrastante quietud en cuanto al negocio con EDP podría tener motivaciones políticas.

De hecho, el gobierno portugués se comporta con notable calma ante la ola de inversiones chinas. Mientras que torpedeó la compra de una televisora privada por parte de inversionistas franceses, no presentó objeciones a la compra del 30 por ciento de Global Media, un gran consorcio mediático de Portugal, por parte de un inversionista de Macao, que así se convirtió en su accionista principal. Portugal podría volverse vulnerable políticamente a raíz de las inversiones chinas, dice Joao Duque.

Planta de Energias de Portugal (EDP)
Planta de Energias de Portugal (EDP)Imagen: Jochen Faget

Consecuencias internacionales

En el caso de EDP y el consorcio chino Three Gorges, no se limita solo a Portugal. EDP está bien colocada en el mercado internacional con generadores eólicos, solares y de agua, incluso en América del Sur y Estados Unidos. "Hablamos de mercados como Brasil, en los cuales los inversionistas extranjeros tienen pocas oportunidades", dice Ilídio Serôdio, de la Cámara de Comercio: "La ruta alterna a través de Portugal ayuda a los chinos a tener una mejor posición empresarial ahí."

Sin embargo, aún no esta claro cómo se procederá en dicha adquisición. Los partidos de izquierda que sostienen al gobierno luso, así como los sindicatos, demandan que la mayoría accionaria de EDP vuelva a manos del Estado portugués. Y luego de la primera oferta pública, las acciones de EDP registraron una subida fuerte, así que China Three Gorges deberá mejorar grandemente la suya. Finalmente, los estadounidenses también tendrían algo que decir, debido a las actividades del consorcio en Estados Unidos.

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