¿Reformistas o autócratas? Les presentamos a los monarcas árabes
Los monarcas del mundo árabe rigen sus países en tiempos de profundas transformaciones. Y actúan de distinta manera ante los nuevos retos del mundo moderno.
Mohamed VI, el moderado
El rey de Marruecos está considerado como un monarca dispuesto a hacer reformas. Ha liberalizado el derecho de familia, ha impulsado las lenguas bereberes y, tras el autoritario reinado de su padre, instauró una Comisión de la Reconciliación. También reaccionó con templanza ante las protestas de la Primavera Árabe, en 2011.
Salman y Mohamed, los autócratas
El rey Salman, de Arabia Saudí, ya ha decidido quién será su sucesor: su hijo, el príncipe Mohamed, quien apuesta por cautelosas reformas. El nombre del heredero ocupó los titulares internacionales tras el asesinato en Estambul del periodista saudí Khashoggi. A Mohamed se le acusa de, como mínimo, haber sabido del crimen.
Mohammed al Maktum, el discreto
Discreto, pero decidido rige el emir de Dubái el destino de su emirato, en el que hay una cultura de tolerancia religiosa. Hace poco, su vida privada saltó a los titulares porque fue abandonado por su sexta esposa, la princesa Haya de Jordania.
Jalifa bin Zayed Al Nahayan, el poderoso
Las tensiones con Irán, la guerra en Yemen, el boicot de Catar... El presidente de los Emiratos Árabes Unidos se enfrenta a numerosos retos. Lo hace con experiencia y decisión, algunas veces consultando a otras personas, y otras veces imponiendo sus propias decisiones.
Tamim bin Hamad Al Zani II, el diligente
El emir de Catar guarda buenas relaciones con Irán, circunstancia que desaprueban los Estados vecinos de la península arábiga y boicotean a Catar. Lo acusan también de financiar a grupos terroristas del Cercano Oriente. Tamin bin Hamad Al Zani tiene buenos contactos con Hamás, en la franja de Gaza, y profundiza en otras relaciones, como la de Turquía.
Qabus bin Said al Said, el sensato
Qabus bin Said al Said rige el sultanato de Omán de forma discreta y pacífica. Lleva desde 1970 en el trono, ha modernizado el país y lo ha llevado a un relativo bienestar. De puertas adentro, el país está en orden y es, en comparación con otros, liberal. En política exterior, juega el papel de mediador en varios conflictos, como el de EE.UU. e Irán.