Reflexiones sobre la muerte de Terri Schiavo

El diario alemán Kölner Stadt Anzeiger escribe: “Es un hecho positivo que la muerte de Terri Schiavo haya desatado una discusión sobre el testamento vital. Probablemente sería un error pensar que tal documento, firmado en ‘mejores tiempos’, podría aclarar todas las posibles eventualidades. Pero seguramente daría a los médicos más seguridad sobre la voluntad del paciente. ¿Y que pasaría si se desconoce el deseo del paciente? En ese caso no se debería poder quitar sondas o apagar maquinas. Médicos y jueces no son los señores sobre la vida y la muerte.”

Murió hace 15 años

El diario español El País opina: “El cuerpo de Terri Schiavo dejó de vivir ayer, tras casi dos semanas desenchufado de la sonda que lo alimentaba. La persona había dejado de vivir 15 años atrás, a los 26, cuando, a raíz de una parada cardiaca, sufrió una lesión cerebral irreversible que la dejó en estado vegetativo. Se trata de un acto de compasión bien entendida, y no de una "violación de la naturaleza de la vida", como pretende el Vaticano. La batalla en torno a este caso ha puesto de manifiesto la dimensión más rechazable de la derecha cristiana extremista y su utilización política, pero también que las salvaguardias del Estado de derecho funcionan en EE UU. […] En todo caso, los políticos pronto descubrieron en los sondeos que había una clara mayoría verdaderamente compasiva en el país, a favor de dejar morir -que no es lo mismo que una eutanasia- a quien se olvidó de firmar en su juventud un testamento vital con instrucciones específicas para, llegado el caso, no mantenerla viva con métodos artificiales.”

Abuso descarado

El diario danés Information critica: “Esta mujer digna de lástima, que presumiblemente ya no percibió nada de su entorno desde su parada cardiaca en 1990, ha sido explotada por militantes en contra del aborto, cínicos diputados republicanos del congreso, medios de comunicación sin escrúpulos y bienintencionados curas católicos. Precisamente por que ya no fue capaz de pronunciar palabra alguna, Terri Schiavo se convirtió en el perfecto vehículo para los fines de esos grupos que se aprovecharon de su silencio y de la división de su familia.”

La muerte en vivo

El diario austriaco Kurier escribe: “Raras veces se ha visto a la muerte actuar de manera tan pública: Juan Pbalo II y Terri Schiavo. Dos personas en el último trecho de su vida, observados por todo el mundo. Ambos casos representan dos posturas opuestas ante la muerte. El Papa puede, debe y tiene que demostrar que la vida no sólo posee valor y sentido, sino que también constituye una obligación. A la paciente en coma se le quitó la sonda y se le facilitó una muerte supuestamente digna. En el caso de Schiavo se quiso demostrar que a veces la muerte podría ser preferible a la vida, pero sin aclarar: ¿para quién? En ambos casos se encuentran dos rasgos comunes. Primero, la atención mediática aumentó hasta alcanzar niveles de Reality-Shows. Segundo, todos dicen que sólo quieren ‘lo mejor’ para ambos. Sin embargo, nadie sabe definirlo.”