Póker climático en París
10 de diciembre de 2015Laurent Fabius presentó el miércoles, con dos horas de retraso, los detalles de su nuevo borrador para un acuerdo dirigido a frenar el calentamiento global. El texto tiene ahora solo 29 páginas, en lugar de 43. Tres cuartas partes de los pasajes más controvertidos fueron eliminados. “Pero este no es aún el texto definitivo”, adelantó el anfitrión de la conferencia de París.
Todavía está por verse cuán ambiciosos serán los objetivos de largo plazo. Y cuál será el monto de los fondos que los países en desarrollo recibirán a partir de 2020 de los Estados industrializados para adaptarse al cambio climático. Igualmente queda por definir en qué intervalos se controlará el cumplimiento de las metas voluntarias de los 195 países asistentes a la cumbre.
Metas voluntarias
Esas metas voluntarias habían sido presentadas antes de la conferencia de París y formarán parte del tratado. Los especialistas calculan que con su cumplimiento se podría limitar el calentamiento global a 2,7 grados. Eso es menos de lo que demandan los científicos, pero más de lo alcanzado hasta ahora en múltiples conferencias.
El nuevo texto fue redactado por colaboradores del ministro de Relaciones Exteriores francés por la noche y compendia propuestas de numerosos grupos. Pero los negociadores siguen afinando detalles, bajo presión, y nadie cree que en encuentro de París termine realmente el viernes por la noche, como está previsto en el plan oficial. Como suele ocurrir, el juego de póker se prolongará, seguramente hasta el sábado.
La propuesta europea
Una iniciativa de la UE ha dado más impulso a las conversaciones. Junto con 79 países de África, el Caribe y el Pacífico, los europeos abogan por un acuerdo amplio y ambicioso, que sea vinculante en la mayor parte posible.
“Debería contener un objetivo de largo plazo claro, concordante con los planteamientos de la ciencia climatológica”, indica la declaración. Uno de los propósitos de esta cooperación, desde el punto de vista de la UE, es lograr el apoyo de algunos de los países más pobres, que hasta ahora han hecho causa común con Estados como India y Arabia Saudita, que se han mostrado reacios a un tratado. Los países en desarrollo que ya sienten con más fuerza el impacto del cambio climático desean sin embargo un acuerdo.
Los países más pobres también parecen imponerse en otro punto, por lo menos hasta el momento. Su demanda de limitar el calentamiento global a un máximo de 1,5 grados cosecha cada vez más aplausos. Hasta ahora se daba por hecho que los países acordarían un límite de 2 grados, que los científicos consideran apenas tolerable. “Estoy segura de que el objetivo de los 1,5 grados será mencionado con vigor en el acuerdo, y no solo marginalmente”, comentó la ministra alemana del Medio Ambiente, Barbara Hendriks.
Es posible que así sea. Pero también es posible que países como Bolivia, Arabia Saudita, Malasia o India pidan, a cambio de esa mención del tope de 1,5 grados, concesiones en algún otro acápite del acuerdo que nos les plazca. Las conferencias sobre el clima pueden ser muy complicadas.