Puerto Wilches, el pueblo anfibio
A orillas del río Magdalena se formó una cultura ribereña que lleva un estilo de vida anfibio. No son del todo pescadores ni exclusivamente agricultores, se adaptan al momento del año y al estado del río.
La inmensidad del Magdalena
El río Magdalena recorre Colombia de sur a norte, conectando los Andes con el mar Caribe. Puerto Wilches está ubicado a la orilla del río, en una parte de su cauce conocida como Magdalena medio. En esta región confluyen varios ríos y hay varias ciénagas. La temperatura es cálida y el paisaje lo dominan planicies inundables.
Más que petróleo
Si bien se encuentra en una región donde se ha explotado petróleo desde hace ya un siglo, no es la única actividad económica que se practica en Puerto Wilches. Tiene una gran comunidad de pescadores artesanales y de jornaleros en grandes sembradíos de Palma Africana. Ambas actividades permiten un nivel de subsistencia precario, además de depender de condiciones climáticas específicas.
Las planicies inundables
En época de sequía, los pescadores cultivan en las zonas donde el río cede y viven de la agricultura. En la ciénaga de Paredes, única por tener manatíes, los pescadores se han encargado de alimentar a los animales en la época más seca del año por generaciones.
Zona sacrificada
Desde 1921, Jaguares y manatíes se han visto desplazados por la industria de los hidrocarburos y la migración que la acompañó. Tras derrames de crudo y el conflicto armado, la fractura hidráulica con rastros de minerales radiactivos será el siguiente capítulo para la región. Décadas atrás se encontró uranio en otro municipio del departamento de Santander.
Las voces en tierra
En 2021, los wilchenses se volcaron a las calles en rechazo a la realización de proyectos piloto para probar la fracturación hidráulica en su municipio. El temor a perder su vía de sustento debido a la contaminación del agua, fue mayor al temor a ser asesinados por manifestarse. Jairo Toquica, alcalde del municipio, ratificó su apoyo a las protestas.
Las voces en el agua
En 2015 el gran río Magdalena se secó, convirtiéndose en un riachuelo de dos metros de ancho, o menos. Para los pescadores el río lo es todo, por eso su identidad es inseparable del cuidado del Magdalena. Por eso también desde sus embarcaciones protestaron en contra del fracking en su municipio, ya que su sustento se ha visto afectado por derrames de crudo como el del pozo Lizama 128 de Ecopetrol.
Las nuevas generaciones
Nacidos en una de las zonas donde el conflicto armado colombiano se vivió con más intensidad, los jóvenes de Puerto Wilches se criaron en la desescalada de la guerra. Grupos de jóvenes como Aguawil, han optado por manifestarse en contra del fracking en Colombia. No son los primeros en hacerlo, pero han sido los únicos que no se han detenido ante las amenazas de grupos paramilitares.