Prodi: "Debemos cambiar Italia"
11 de abril de 2006La coalición de centro izquierda de Romano Prodi, fue declarada vencedora de las elecciones italianas, después de un angustioso recuento en el que el voto de los italianos residentes en el exterior jugó un papel protagónico. El ministerio del Interior anunció los resultados definitivos del Senado, en donde la alianza de Prodi obtenía 158 escaños, mientras que la Casa de las Libertades, de Silvio Berlusconi, se quedaba con 156.
A pesar de que los datos habían sido proporcionados por su propio gobierno, el primer ministro Silvio Berlusconi declaró que había muchas irregularidades en el voto de los extranjeros. Berlusconi no quiso reconocer la victoria de su rival mientras no se haya hecho un nuevo recuento que compruebe con certeza el resultado electoral.
Italia dividida
Italia amaneció dividida en dos mitades irreconciliables, sin embargo, el diario italiano Corriere della Sera, anunciaba las declaraciones de un victorioso Prodi: "Sí podré gobernar 5 años". El profesor, como le llaman los italianos, declaró: "Dobbiamo cambiare l'Italia".
Silvio Berlusconi, glorificado por el aparato mediático en un estilo que resulta chocante, máxime tratándose de una democracia, no se resignaba a la derrota. Flanqueado por la xenófoba Liga Norte y neofascistas de distintas facciones, Berlusconi pidió una revisión escrupulosa de la votación, lo que podría traducirse en una parálisis del país.
El lento conteo dio al partido Forza Italia de Berlusconi un escaso triunfo en el Senado, de 50.2% contra 48.9% y a Prodi la victoria en la Cámara de diputados con un 49.8% frente a 49.7%. Mientras se aguardaba el decisivo voto de más de un millón de italianos residentes en el exterior, observadores analizaban las posibilidades de "Prodilandia". Según la nueva ley electoral, Prodi se beneficiaría de una mayoría automática de 340 de los 630 escaños pese a haber obtenido una escasa ventaja. Esta prerrogativa no la tendría Berlusconi, quien obtendría la pírrica mayoría de un escaño en el Senado.
Berlusconi perdió contra sí mismo
Así las cosas, el resultado es tan amorfo que no permite a Prodi formar un nuevo gobierno, ni es un mandato para que Berlusconi pueda seguir gobernando. Aunque no se puede hablar de un triunfo de la izquierda en Italia, ciertamente ha sido una derrota de Berlusconi.
El primer ministro italiano se permitió toda clase de excesos durante su campaña, convencido de que el dominio mediático, el suyo y el del Estado, un 85% de la audiencia televisiva, sería la poderosa arma con la que invertiría a su favor los resultados de las encuestas. Sin embargo los votantes demostraron que en el ejercicio de sus derechos son más independientes de lo que suponen políticos y expertos en demoscopia.
Prodi anunció el triunfo de su coalición centro izquierda. "Al final ganamos, ha llegado la hora de iniciar en Italia una nueva era", exclamó ante sus seguidores. De confirmarse el resultado, sería la segunda ocasión después de 10 años que Prodi desplaza a Berlusconi del cargo.
Paciente europeo
Pero sea quien sea el próximo jefe de gobierno italiano, el resto de los países de la Unión Europea aguarda a que comience a atenderse al "paciente europeo". Después de que se adjudicó este calificativo a Gran Bretaña y luego a Alemania, estancados durante años económicamente, es ahora Italia el país que va a la rezaga en el contexto comunitario.
La economía sigue enfrascada en industrias en las que poca ventaja tiene frente a la competencia de China, la India y el este de Europa, pues el confeccionar bolsas o zapatos, por muy bonitos que sean, ya no requiere ninguna destreza especial.