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Portugal: por un puñado de euros

Ralf Bosen/PK30 de enero de 2013

Un rayo de esperanza: Portugal regresó a los mercados de capitales. El Gobierno es optimista y quiere acceder ahora a más dinero con creativas medidas.

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Imagen: picture-alliance/Sven Simon

Desde que Portugal volvió, la semana pasada, a colocar bonos soberanos a cinco años en los mercados de capitales, el fado suena algo menos melancólico. La demanda superó considerablemente el importe que deseaba obtener el Gobierno: 2.500 millones de euros.

Muchos compradores provinieron del exterior. Ello no solo ayuda a mejorar la liquidez del erario, sino que también proporciona un impulso psicológico al golpeado pueblo portugués.

“La exitosa colocación de bonos portugueses en este momento es vista como un gran éxito de la política de consolidación presupuestaria del Gobierno portugués”, dijo a DW Hans-Joachim Böhmer, de la Cámara de Comercio Germano-Portuguesa. Agregó que originalmente el Gobierno quería volver a los mercados en septiembre de 2013, “pero la operación se adelantó medio año y se comprobó que los bonos pueden ser colocados a buenas condiciones en los mercados”.

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Portugal: protestas ante el Parlamento.Imagen: Reuters

Más tiempo para Portugal e Irlanda

Tan buenas noticias alegran también a Olli Rehn, comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, que aboga ahora porque Portugal e Irlanda, el otro alumno modelo de la eurocrisis, reciban plazos más largos para devolver los créditos de la UE. Sobre la propuesta se decidirá en la próxima cumbre de la UE, en marzo.

Portugal recibió en mayo de 2011 de la UE y el FMI un crédito de 78.000 millones de euros. En contrapartida, el país se obligó a llevar a la práctica una estricta política de austeridad y reformas para sanear el presupuesto público y alentar la economía. El objetivo es que el país reduzca su déficit presupuestario anual a 4,5 por ciento del PIB.

Böhmer teme, sin embargo, que este año vuelvan a aumentar los impuestos en Portugal, “para alcanzar la meta de déficit”. Por ello, agrega, “hay que ver las dos caras de la moneda: por un lado, la positiva, que Portugal haya vuelto a los mercados de capitales, pero también la negativa, la dura carga para la población”.

En efecto, las perspectivas de crecimiento económico para este año son muy moderadas. Muchos jóvenes no ven otra salida que la emigración. Comprensible, en vista de que la desocupación general es de casi el 16 por ciento y el desempleo juvenil, de casi el 39 por ciento.

Una controvertida ley

Para mejorar la situación, el Gobierno portugués trata de atraer dinero al país recurriendo a medios poco convencionales. En octubre pasado, el Parlamento aprobó una ley por la que los empresarios que inviertan más de un millón de euros obtienen la posibilidad de recibir un pasaporte portugués.

La ley apunta a atraer inversionistas de Brasil, Angola y Mozambique, pero también de otros países no pertenecientes a la UE, por ejemplo, Turquía.

Organizaciones portuguesas de derechos humanos la critican, porque “así se atrae a inversionistas que harán muy poco por el país, mientras que los a inmigrantes sencillos que perdieron su trabajo no se les ayuda”.

Explican que es improbable que empresarios se trasladen a Portugal por las posibilidades de inversiones o por el fado: “lo que los atrae es que el pasaporte portugués supone poder vivir e invertir en todos los países de la Unión Europea”.

Autor: Ralf Bosen/PK
Editora: Rosa Muñoz