Pillado in fraganti un agujero negro
10 de abril de 2019Los científicos que colaboran en el proyecto internacional Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT) presentaron este miércoles (10.4.2019) la primera imagen obtenida de un agujero negro, uno de los grandes misterios del Universo. La histórica fotografía, tomada desde ocho observatorios situados en distintos puntos del mundo, muestra un círculo oscuro rodeado por una incandescencia. Así se ve el masivo agujero negro ubicado en el centro de la galaxia M87, a 53,3 millones de años luz de la Tierra. Pero, ¿cómo fue posible obtener la prueba más directa de la existencia de un agujero negro?
El astrónomo Frédéric Gueth, director adjunto del Instituto de Radioastronomía Milimétrica de Europa, que participó en el proyecto, cuenta que los operadores de todos los telescopios milimétricos del planeta coordinaron esfuerzos para realizar la misma observación rigurosamente y al mismo tiempo. Combinando todos los telescopios –una técnica denominada interferometría– se obtiene una antena virtual con un tamaño equivalente al de la Tierra, agrega. La unidad milimétrica es la mejor longitud de onda para el estudio de los agujeros negros porque atraviesa la nube de polvo que los rodea.
¿Cómo saben los investigadores que los agujeros negros existen?
Los agujeros negros no tienen superficie, como los planetas y las estrellas; ellos pueden ser descritos, más bien, como áreas del universo. Son como bocas gigantescas que devoran todo lo que se les acerca. Ellos atraen a las estrellas, a las nebulosas y hasta a la luz, sacándolas de sus respectivas trayectorias. Luego ejercen presión sobre ellas y las aplastan. Los agujeros negros no son visibles, pero su fuerza es medida por los especialistas. Estas investigaciones son importantes porque es posible incluso que las galaxias han podido formarse gracias a los agujeros negros. El universo se vería muy diferente si no existieran estos "monstruos”.
¿Cómo surgen los agujeros negros?
Sus orígenes son muy diversos. Algunos surgen cuando las estrellas de grandes dimensiones mueren y estallan. La estrella se deslastra de sus capas externas y el resto colapsa; lo que queda de ella es una masa relativamente pequeña pero muy compacta que se traga hasta la luz en sus adyacencias. Otros agujeros negros nacen tras la colisión y fusión de dos estrellas: si la masa resultante es extraordinariamente grande, ella puede colapsar y transformarse en un agujero negro. El origen de los más grandes no se conoce todavía; algunos expertos suponen que surgen tras la fusión de varios agujeros negros más pequeños.
De entre tantos agujeros negros, ¿cuáles deberíamos conocer?
Por un lado está el llamado Sagitario A, un agujero negro descomunal ubicado en el centro de la Vía Láctea. Sagitario A es cuatro millones de veces más grande que nuestro Sol y está a 26.000 años luz de la Tierra. Por otra parte está el enorme agujero negro de la galaxia M87, en la constelación Virgo; ese agujero negro es 6.600 millones de veces más grande que nuestro Sol y está ubicado a 55 millones de años luz de la Tierra.
(erc/er)
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