Opinión: la táctica de Tsipras
27 de abril de 2016“Más te vale que no te aparezcas por acá”: poco antes de Pascua o Navidad en las zonas rurales muchos parlamentarios griegos suelen recibir esta amenaza por parte de sus electores. Y es que generalmente los representantes del pueblo pasan los días festivos en sus distritos electorales.
Aprovechan la ocasión para establecer nuevos contactos y hacer publicidad para su política en lugares apartados. No obstante, desde el comienzo de la crisis de deuda escasean las noticias buenas que puedan anunciar, por lo que son recibidos con desconfianza y, a veces, incluso son agredidos.
De acuerdo con el rito ortodoxo, este domingo se celebra la Pascua en Grecia, y, como de costumbre, todos los diputados viajan a sus distritos electorales. Probablemente se deba a ello que el primer ministro de izquierda Tsipras haya vuelto a izar la bandera de la resistencia contra los acreedores.
Y es que el hecho de que el Gobierno en Atenas haya cancelado una reunión extraordinaria de los ministros de Finanzas de la UE sobre Grecia planeada para este jueves -pese a que según sus propias informaciones se ha puesto de acuerdo en un 90 por ciento con los acreedores sobre los próximos pasos a seguir- no se puede explicar racionalmente de otra manera.
Dejar abiertas las opciones
En cambio, el jefe de Gobierno griego vuelve a exigir una vez más una cumbre extraordinaria de la UE. Desde el principio, el político de izquierda quería que las negociaciones con sus colegas europeos sobre su país se celebrasen al más alto nivel político. Como si los funcionarios de la UE, del Banco Central Europeo (BCE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) no tuvieran nada que decir al respecto.
El año pasado, Tsipras no llegó muy lejos con esta estrategia. Al parecer, quiere volver a intentarlo. No obstante, probablemente todo sea solo táctica. En los últimos meses, Tsipras por lo menos ha sido constante en una cosa: el primer ministro de izquierda quiere dejar abiertas todas las opciones el mayor tiempo posible y tomar su decisión en el momento que más le convenga a nivel nacional o quizá en el último momento que le sea posible en términos de “política real”.
Al igual que a principios de verano de 2015, actualmente todo pareciera ser posible: tanto un acuerdo como la ruptura definitiva con los acreedores. En Atenas rondan los rumores sobre nuevas elecciones e incluso sobre un nuevo referendo sobre el programa de ahorro griego. Pero: si Tsipras quisiera provocar un conflicto con los acreedores, ya lo hubiera podido hacer desde hace tiempo. No obstante, puesto que Tsipras no pareciera decantarse por esta opción, es de suponer que en realidad está interesado en llegar a un acuerdo con los acreedores.
Se buscan enemigos
No obstante, el primer ministro también quiere evitar transmitir la impresión de querer alcanzar un compromiso a cualquier precio. Y es por ello que siempre trata de inventar enemigos contra los que vale la pena luchar, por ejemplo, los expertos del FMI, los “círculos conservadores en Europa” o la “troika nacional”, es decir, todos los griegos que no quieren combatir a los acreedores. Esta táctica le ha valido muchas simpatías al gobernante partido Syriza en Grecia, sobre todo en las campañas electorales. Probablemente no renunciará a ella.
>>>Para aprender alemán: lea aquí la versión original del artículo