Hacia una crisis existencial
2 de marzo de 2016Hillary Clinton es la clara triunfadora de este Supermartes. Después de ganar tantos delegados de forma directa y habiéndose asegurado el respaldo de la mayoría de los superdelegados, parece imparable. A pesar de haber ganado en cuatro Estados de forma respetable, Bernie Sanders ya no representa una competencia seria.
Si me tomo un momento de tranquilidad en medio de esta locura electoral, lo que me queda claro es que se ha escrito un nuevo capítulo en la historia. Algo increíble está ocurriendo. Con toda probabilidad, Hillary Clinton será la primera candidata presidencial en la historia de los Estados Unidos.
Ha estado luchando por llegar a la Casa Blanca durante años. La humillación –ni los deslices de su marido ni los reveses políticos- no ha podido pararla. Bajo su punto de vista, caer de un caballo no supone un problema. Lo que sería un error, sin embargo, es no volver a montarse en él.
Disciplina y fuerza de voluntad
Hillary Clinton es el paradigma de la disciplina y la fuerza de voluntad. Y sería injusto hablar solo de hambre de poder. Ha luchado constantemente por lo que percibe como un mundo mejor, y más justo. Sin su trabajo de campo, el ObamaCare –nombre no oficial de la Ley para la Protección de Pacientes y Cuidados de Salud Asequibles- no hubiera sido posible.
No hay que estar de acuerdo con todos sus puntos de vista políticos y económicos, pero es importante señalar su compromiso y entrega. En este 2016, Estados Unidos es algo más que Donald Trump.
Esto me lleva al gran perdedor del Supermartes: el partido republicano, el GOP (abreviatura de Grand Old Party, el antiguo gran partido). Trump se hizo con la victoria en 7 de los 11 Estados y ya cuenta con el respaldo de 258 delegados. Como era de esperar, Ted Cruz ganó en Texas y su estrecha victoria en Oklahoma fue una sorpresa, con lo que ahora mismo cuenta con 11 delegados. Pero algo realmente sorprendente tendría que suceder para que lograse superar a Trump. Para quien parece haber terminado la batalla es para el senador de Florida Marco Rubio, que se mostró incapaz de cumplir las esperanzas depositadas en él por los jóvenes republicanos más moderados tras sus recientes ataques a Trump.
Ahora, el GOP se enfrenta a una fase delicada.
¿Candidato propio?
¿Deberían realmente los delegados nominar a Trump como candidato presidencial del GOP en la convención de este verano? Algunos republicanos conocidos están empezando a hablar abiertamente de negar su apoyo a Trump, y sobre la búsqueda de un candidato alternativo.
Pero, ¿qué tipo de mensaje democrático representaría esto para los votantes?
A pesar de la desgracia que supondrían para el GOP, los delegados que se toman en serio las elecciones tendrán que aceptar los resultados.
Por otra parte, Donald Trump anunció desde el principio que, si fuera necesario, se presentaría como candidato independiente. Sin respaldo, quizás, pero con la evidencia de que es imparable. Ni siquiera puede detenerlo un partido que le catapultó a la campaña electoral y que podría caer en una existencial crisis de credibilidad si se vuelve contra él.
Un ejemplo clásico del dilema al que se enfrentan no sólo los dioses griegos, sino todo el mundo.