Opinión: Brasil, bajo la sombra de la incertidumbre
5 de abril de 2018La polarización que domina a la sociedad brasileña desde la reelección de Dilma Rousseff alcanzó un nuevo punto álgido en la madrugada de este jueves (05.04.2018), con la decisión del Supremo Tribunal Federal brasileño (STF) que, en la práctica, coloca al expresidente Luiz Inacio Lula da Silva con un pie en la cárcel.
Luiz Inácio Lula da Silva, el mayor nombre de la política brasileña en las últimas décadas, vive otro capítulo de su infierno personal, dentro de una trayectoria de ascenso y caída sin paralelos en la historia de Brasil.
Aparte de la cuestión sobre si debe ir o no a la cárcel (las evidencias apuntan a una relación promiscua con la empresa contratista Odebrecht), lo que realmente preocupa es qué efecto tendrá esa decisión sobre la sociedad brasileña.
A casi seis meses de las elecciones generales, el país parece caminar irremediablemente hacia el caos. Al menos tres puntos elevan la sensación de incertidumbre, que probablemente se refleje en las urnas.
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En primer lugar, Lula, el líder en las encuestas electorales, está fuera de carrera, dejando frustrados y revueltos a sus seguidores, que ven al expresidente como a un perseguido político.
Esta situación añade un elemento más al clima de intolerancia que predomina entre sus partidarios y críticos, una situación que puede fácilmente resbalar hacia la violencia, como mostró el ataque a tiros contra la caravana del expresidente.
En segundo lugar, los políticos y los partidos tradicionales ya no gozan de credibilidad entre el electorado a causa de las acusaciones de corrupción levantadas por la Justicia, principalmente en la Operación Lava Jato.
Tercero, la eterna cuestión de la violencia en las grandes ciudades alcanzó un nuevo nivel con la intervención de la Policía Federal en Río de Janeiro. El asesinato de la activista y concejal Marielle Franco incrementó la sensación de inseguridad e impunidad entre la población.
En medio de todo esto, un populista que defiende a la dictadura militar lidera en segundo lugar las encuestas electorales. Los brasileños no suelen apoyar soluciones extremistas, ya sean hacia la derecha o hacia la izquierda, pero ya no es posible descartar del todo la elección del ultraderechista Jair Bolsonaro.
En las elecciones pasadas todavía era posible anticipar quién serían los candidatos y qué posibilidades reales tenía cada uno. También la situación política, económica y social del país transmitía más estabilidad que ahora. Esta vez, nadie puede atreverse a predecir cómo estará Brasil en octubre de 2018, dentro de tan sólo seis meses.
Autor: Alexandre Schossler (CP)
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