"Operación Barbarroja": invasión nazi de la Unión Soviética
22 de junio de 2021Durante meses, el dictador nacionalsocialista Adolf Hitler y sus generales habían estado trabajando para llegar a este momento. El domingo 22 de junio de 1941, a las 3:15 de la madrugada, la Wehrmacht atacó la Unión Soviética. Sin declaración de guerra, sin tener en cuenta el tratado de no agresión, el llamado Pacto Hitler-Stalin.
Más de tres millones y medio de soldados alemanes y aliados, apoyados por la artillería, la aviación y los carros de combate, atacaron de forma rápida, masiva y despiadada. La Luftwaffe bombardeó los aviones soviéticos ya en tierra. La línea de batalla entre el Báltico y el Mar Negro se extendía a lo largo de 1.600 kilómetros. Era el frente más largo de la historia.
La ofensiva tomó desprevenidos a los soldados del Ejército Rojo. "Incluso salieron en camisón y empezaron a disparar. Los tomó completamente por sorpresa", recuerda el exsoldado de la Wehrmacht Gerhard Goertz. Las advertencias fueron ignoradas por el líder soviético Josef Stalin, quien no creyó que Hitler se atreviera a invadir el gigantesco imperio y no movilizó sus fuerzas a tiempo.
La propaganda de la Alemania nazi proclamó el ataque como "preventivo" contra la inminente agresión militar bolchevique. En realidad, Hitler dirigió una campaña de conquista despiadada y sin escrúpulos. El dictador soñaba con un nuevo "espacio vital" en el Este para los alemanes, dentro de un gran imperio germánico, desde el Atlántico hasta los Urales.
La guerra de Hitler como cruzada
Hitler veía la guerra como una lucha por la supervivencia de las ideologías y razas del mundo, y la campaña contra la Unión Soviética, como una cruzada contra el "judaísmo mundial" y el comunismo. Cabe destacar que el nombre en clave "Operación Barbarroja", bajo el cual se desarrolló el ataque masivo, era una alusión al emperador Federico I (1122 - 1190 d.C.), llamado "Barbarroja", que había llevado al Imperio Romano-Germánico a una cruzada.
"La guerra de Hitler contra la Unión Soviética fue una guerra de exterminio porque, más allá de los objetivos militares, se trataba de la destrucción planificada, de forma ideológica, de todo un Estado junto con su población", explica el historiador Chris Helmecke, del Centro de Historia Militar y Ciencias Sociales de las Fuerzas Armadas alemanas en Potsdam, en entrevista con DW. "En su amplia dimensión criminal, la guerra germano-soviética tiene un carácter único en la historia".
Prisioneros de guerra obligados a realizar trabajos forzados
5,6 millones de soldados soviéticos acabaron en el cautiverio alemán y fueron utilizados como trabajadores forzados. 3,3 millones de ellos murieron debido a las penurias sufridas como prisioneros de guerra de la Alemania nazi. Unidades de las SS perseguían a la población judía en los territorios ocupados, con el apoyo de la Wehrmacht.
Los conquistadores alemanes confiaron inicialmente en la victoria. La Wehrmacht ocupó Ucrania, Bielorrusia y los Estados Bálticos. Se creía que pronto iba a tomar Moscú. Sin embargo, no consiguieron destruir el núcleo del Ejército Rojo para que este no pudiera ofrecer ninguna resistencia. Se desató una sangrienta batalla que duró varios años. La Wehrmacht no estaba suficientemente preparada para los inviernos tan fríos, con temperaturas de hasta 50 grados bajo cero.
No hay estrategia para la guerra prolongada
El historiador Chris Helmecke concluye que Hitler subestimó enormemente al adversario soviético. "De hecho, los soldados del Ejército Rojo lucharon con tenacidad y determinación. Sus comandantes estaban continuamente aprendiendo". Se asumió que "la Unión Soviética podría ser derribada en una gran guerra relámpago con batallas de cerco en los alrededores de la frontera. No se planificó el posible fracaso de este concepto". Además, explica Helmecke, la economía alemana no estaba preparada para una guerra de larga duración. "Simplemente faltaban los recursos", indica el experto.
A más tardar con la derrota en la batalla de Stalingrado, el 2 de febrero de 1943, los planes de conquista de Hitler se desmoronan. El Reich alemán se extralimitó y sobreestimó en el conflicto de dos frentes, contra los aliados occidentales y la Unión Soviética. El fracaso de la "Operación Barbarroja" se considera el punto de inflexión de la Segunda Guerra Mundial (1 de septiembre de 1939 - 8 de mayo de 1945). "En retrospectiva, se puede decir que la guerra ya estaba estratégicamente perdida en 1941", resume el historiador Helmecke.
La Unión Soviética pagó un precio terrible en la "Gran Guerra Patriótica": con 27 millones de muertos, 14 millones de ellos civiles, fue el Estado que más víctimas tuvo de los que participaron en la guerra.
(gg/cp)