“Tests de estrés”: ocho bancos europeos reprobados
15 de julio de 2011Publicidad
Ocho bancos europeos reprobaron las pruebas de resistencia a las que fueron sometidas 91 entidades para determinar si serían capaces de soportar los embates de una nueva crisis financiera. Los resultados de estos “tests de estrés”, esperados con nerviosismo desde hace días, se dieron a conocer en Londres –sede de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) que coordinó los exámenes en cuestión– a las 6 de la tarde de este viernes (15.7.2011). Cinco de los bancos que no cumplieron las expectativas de la EBA son españoles, dos son griegos y uno, austriaco.
En principio, eso significa que ese puñado de instituciones aplazadas necesita una inyección de dinero que ronda los 2.500 millones de euros. Pero, según voceros del Banco de España, ninguna de las cinco entidades españolas reprobadas –el Banco Pastor, la CAM, CatalunyaCaixa, Unnim y Caja3– deberá aumentar su capital porque, contando sus provisiones genéricas y sus bonos convertibles –factores que la EBA no contempló en los exámenes de este año–, ellas alcanzan el coeficiente mínimo de solvencia del 5 por ciento.
Madrid, indignada
En España ha sido duramente criticado el hecho de que, en esta oportunidad, los análisis no tomaran en cuenta las reservas que las entidades bancarias apartaron para hacer frente a eventualidades financieras; si ese criterio hubiera tenido validez, los bancos españoles habrían salido mejor parados. “No tiene sentido que la EBA no admita ese colchón como capital, como se hizo el año pasado”, declaraba indignada la ministra española de Economía y Hacienda, Elena Salgado, este jueves (14.7.2011).
Por otro lado, los nuevos tests han sido diseñados para que no se repitan los errores de 2010. El año pasado, cuando se presentaron las primeras pruebas de resistencia, no se detectaron los problemas de la banca de Irlanda, país que tuvo que ser rescatado apenas unas semanas después; en aquella ocasión salieron aplazadas cinco cajas de ahorro españolas, un banco alemán y uno griego. No obstante, las quejas de Salgado y sus compatriotas no se quedan allí.
Berlín, ¿mala perdedora?
En Madrid también se mira con malos ojos la decisión del Gobierno alemán de no dar a conocer los resultados del Helaba Landesbank, el banco regional de los Estados federados de Hesse y Turingia que, por estar en desacuerdo con los criterios de evaluación de la EBA, se rehusó a participar en los tests de resistencia en el último minuto. De los trece bancos germanos que debían ser examinados, el Helaba era el único que corría el riesgo de ser reprobado.
Otros dieciséis bancos europeos apenas lograron pasar las pruebas de “estrés” con índices de solvencia de entre el 5 y el 6 por ciento, y ahora deben tomar medidas rigurosas para mejorar su situación. Esto confirma por aproximación el pronóstico de los expertos que contaban con alrededor de dieciséis bancos reprobados y, hasta cierto punto, consigue lo contrario de lo que se buscaba con la aplicación de estas pruebas: revivir la confianza de los inversionistas en el ámbito financiero europeo.
Bruselas, optimista
Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea ya habían dejado claro que los Gobiernos comunitarios estarían dispuestos a ayudar a los bancos que no alcanzaran el nivel de solvencia del 5 por ciento establecido por la EBA. Pero más de un analista de créditos refutó ese argumento de inmediato alegando que ni los problemas de la banca ni los causados por las crisis de deuda soberana se pueden resolver únicamente inyectando más capital a los bancos continentales.
Pese a todo, Bruselas insiste en mirar el desenlace de las pruebas de resistencia desde una perspectiva optimista. “Los resultados de hoy resaltan que la gran mayoría de los bancos europeos están ahora mucho más fuertes y son más capaces de soportar sobresaltos”, se leía en un comunicado de la Comisión Europea, emitido en nombre de Olli Rehn, comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, y de Michel Barnier, comisario de Regulación Financiera.
Autor: Evan Romero-Castillo / dpa / Reuters / afp
Editora: Emilia Rojas Sasse
Publicidad