Nudismo: ¿pierde Alemania su cultura del cuerpo libre?

Algunos de los lagos, parques y playas de Alemania  están reservados a los nudistas; los que prefieren usar vestimenta o traje de baño no suelen inmutarse si comparten espacios con los que no lo hacen.

Esa costumbre tiene sus raíces en la tradición alemana de la cultura del cuerpo libre (Freikörperkultur, FKK), uno de los movimientos más emblemáticos del país, que aún a quienes practican el nudismo.

La Asociación Alemana de la Cultura del Cuerpo Libre (Deutscher Verband für Freikörperkultur, DFK), que representa los intereses de los entusiastas de la cultura del nudismo, celebra este año su septuagésimo quinto (75) aniversario, por lo que aquí nos adentramos en la evolución de este movimiento en Alemania y su papel en el entramado cultural del país.

La desnudez como antídoto contra la industrialización

Un podcast del programa de radio alemán Deutschlandfunk Kultur de 2022 describe a Alemania como "una de las cunas de la desnudez cultivada".

Para ser claros, no existe ninguna ley en Alemania que prohíba expresamente la desnudez no sexualizada.

La desnudez en el terreno privado se considera legal, incluso si es visible desde el exterior. Lo mismo se aplica a tomar el sol desnudo, a menos que las leyes locales indiquen lo contrario.

Las raíces cultura del cuerpo libre se remontan a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando Alemania era un hervidero de movimientos de reforma social destinados a paliar el impacto de la industrialización en la salud de las personas.

En ese momento, vivir en ciudades estrechas y contaminadas estaba causando graves estragos en el bienestar físico y mental.

Los defensores del movimiento creían que disfrutar de la sensación del sol, el aire y el agua sobre la piel desnuda en medio de una comunidad de personas de ideas afines era beneficioso, ya que fomentaba no solo una imagen corporal saludable, sino que ayudaba a curar una variedad de enfermedades que incluían la tuberculosis, el raquitismo y lo que ahora se conoce como trastorno afectivo estacional (TAE), un tipo de depresión que ocurre generalmente durante el invierno.

Practicar el nudismo también fue una forma de rebelión contra las rígidas actitudes morales del siglo XIX.

Los primeros grupos de cultura del cuerpo libre surgieron en la década de 1890, y abogaban por tomar el sol en total desnudez como una actividad natural saludable, aunque no sexualizada.

En 1920, Alemania estableció su primera playa nudista oficial en la isla de Sylt. Unos años más tarde, Adolf Koch fundó la Escuela de Nudismo de Berlín que, entre otras cosas, fomentaba los ejercicios al aire libre mixtos. La escuela organizó el primer congreso internacional de nudismo en 1929.

Desafiando a la autoridad

Durante la época de la Alemania nazi, el nudismo afrontó diversas vicisitudes debido a restricciones morales.

En 1933, las leyes limitaron el nudismo mixto, alegando preocupaciones sobre la inmoralidad de la era de Weimar.

Además, los nazis relacionaban la desnudez con el marxismo y la homosexualidad, a pesar de que, según se informa, esa práctica ligada a la vida en la naturaleza era popular entre algunos miembros de los escuadrones de protección (SS) del régimen nazi . En 1942 se suavizaron algunas normas, pero aún persistían los prejuicios nazis, especialmente contra los judíos y otras minorías.

Tras la II Guerra Mundial, la división de Alemania en Este y Oeste creó dos ámbitos de cultura nudista.

Para muchos alemanes orientales, ir desnudos en público era una declaración de libertad individual en una sociedad por lo demás estrictamente controlada. A pesar de que los líderes de la Alemania Oriental inicialmente intentaron reprimir la cultura del nudismo por temor a que socavara los ideales socialistas, finalmente cedieron.

Entretanto, la DFK o Asociación para la Cultura del Cuerpo Libre se fundó en la ciudad alemana de Kassel en 1949. Hoy forma parte de la Federación Alemana de Deportes Olímpicos y es el mayor miembro de la Federación Naturista Internacional (INF).

Amar el propio cuerpo como es

Pues bien, ¿qué se hace realmente en un club de cultura del cuerpo libre (FKK) además de estar desnudo? Básicamente, las mismas cosas que harías en cualquier otra reunión social, pero sin ropa, y sin ningún componente sexualizado.

Las actividades varían, y van desde nadar y tomar sol, hasta deportes en equipo, como el vóleibol. En Alemania también hay rutas de senderismo nudista que permiten a quienes practican el nudismo estar en comunión con la naturaleza.

Además de proporcionar al cuerpo una mejor circulación de aire y una absorción óptima de vitamina D, los defensores de la cultura FKK dicen que ese estilo de vida alienta a las personas a apreciar sus cuerpos tal como son, con todos los defectos, formas y peculiaridades propias del ser humano.

Por otra parte, la desnudez, sin la necesidad de vestir prendas de marca, o de diseñador, ni accesorios llamativos, es un fantástico aliciente para la igualdad social.

Un estudio de 2017 publicado en The Journal of Happiness Studies afirma que pasar tiempo desnudo con otras personas puede propiciar una mejora de la propia imagen corporal, una mayor autoestima y mayores niveles de satisfacción vital.

El investigador principal de dicha investigación, el Dr. Keon West, del Goldsmiths College de la Universidad de Londres, señaló que "los entornos naturistas ayudan a las personas a ver cuerpos reales y sin filtros, lo que reduce la ansiedad en torno a la apariencia".

La presión de tener que ser perfectos

Paradójicamente, aunque plataformas como Instagram y TikTok celebran el cuerpo humano de formas muy seleccionadas y filtradas, se cree que han contribuido a la disminución de la membresía de las asociaciones de nudismo.

"El auge del culto al cuerpo perfecto en TikTok o Instagram está aumentando la presión para no querer desnudarse", dijo el presidente de DFK, Alfred Sigloch, a la prensa, en junio pasado.

De hecho, la DFK tuvo que cancelar algunos planes para celebrar su 75 aniversario debido a la falta de interés. Sigloch agregó que la membresía de DFK se ha desplomado, de 65.000 personas hace 25 años, a menos de 34.000 en la actualidad, y se dice que muchos de los miembros restantes están perdiendo interés.

Además, algunos practicantes actuales del FKK también se ven disuadidos por la tecnología digital, que podría fotografiarlos en secreto y publicar su imagen en línea sin su consentimiento.

Sigloch también culpó, en parte, a la creciente popularidad del glampin (campamentos glamurosos, de lujo) por el cierre de los sitios de vacaciones dedicados al FKK. Los propietarios de esos cámpines ganan mejor porque los acampantes están dispuestas a pagar por una experiencia al aire libre más lujosa más que los que simplemente practican nudismo.

El presidente de la DFK señaló, sin embargo, que muchos clubes nudistas habían registrado un aumento del interés durante la crisis de COVID-19. Lo atribuyó, entre otros factores, "a que la pandemia ha animado a muchas personas a buscar actividades de ocio alternativas y saludables al aire libre”.

Pero la realidad es que los clubes tienen ahora dificultades para retener o atraer a nuevos socios.

Sigloch está decidido a revivir el movimiento. "Lucharemos para mantener a bordo a todas y cada una de las personas desnudas que quieran estar con nosotros”, dijo. "El FKK es una cultura antigua que no puede morir, y no lo hará".

(hcc/cp)