México: país de bajos salarios
23 de noviembre de 2016Durante su campaña, el presidente electo, Donald Trump, prometió a la clase trabajadora estadounidense renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte TLCAN (NAFTA, según sus siglas en inglés) para evitar que México siga fomentando el crecimiento de la manufactura del lado de su frontera.
"Percibimos su elección como una amenaza abierta al libre comercio. La industria maquiladora en México tiene una relación muy intrínseca con cadenas de valor y de suministro desarrolladas con Estados Unidos y Canadá. A través del NAFTA se ha desarrollado una región manufacturera sumamente interdependiente en los últimos 22 años", afirma Israel Morales, director del Comité de Comercio Exterior y Aduanas del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index).
La industria maquiladora (fábricas ensambladoras) y manufacturera de exportación genera unos 8,5 millones de empleos directos e indirectos en México. De ella dependen numerosas ciudades fronterizas, y del centro del país. El sector vive tiempos de incertidumbre tras la elección del magnate de la construcción.
Según Israel Morales, el sector agrupa a 1.200 empresas globales asentadas en México, cuyas exportaciones representan hasta un 75% de las exportaciones totales con destino a Estados Unidos. La industria maquiladora provee un 80% de los insumos y autopartes que requieren las armadoras de automóviles extranjeras en México. Unas 30 empresas multinacionales, atraídas por la política de apertura comercial y de bajos salarios, se han instalado en el país para exportar a Estados Unidos y al resto del mundo.
Brecha salarial entre EE.UU. y México
La brecha salarial existente entre México y Estados Unidos ha sido el principal atractivo y motor de crecimiento de esta industria. Desde la década de los años 60, numerosas empresas estadounidenses trasladaron su producción al otro lado de la frontera.
Además, se les ofreció fuertes incentivos fiscales, como explica la socióloga Cirila Quintero, directora regional Noreste del Colegio de la Frontera Norte: "A lo largo de 50 años la ventaja fiscal ha sido fundamental. No pagan impuestos por la importación de sus insumos, de su maquinaria y la materia prima necesaria para su producción, ni pagan impuestos por la exportación de sus productos terminados".
El gobierno mexicano ha mantenido desde entonces una contención salarial. "Un trabajador de maquila no cualificado gana 7 dólares al día por una jornada de 8 horas. En la frontera sur de Texas, el mismo trabajador gana 7 dólares por hora".
El trabajo en la industria automotriz es más cualificado. Ahí un trabajador puede ganar unos 15 dólares por hora del otro lado de la frontera. "El fabricante alemán BMW está por abrir una planta en San Luis Potosí. Sus obreros ganarían unos 260 pesos al día, unos 12 o 13 dólares al día", explica Quintero.
La investigadora lamenta que aunque la maquiladora ha sido una gran fuente de empleo en México, no contempló el aspecto social. "La maquiladora atrajo a muchos migrantes a la frontera y detuvo la migración hacia el otro lado, pero las empresas no se ocuparon de crear ciudades amigables, viviendas o guarderías. Cuando la maquila entró en crisis en el 2000 y luego en el 2009 muchos trabajadores se quedaron sin empleo y sin vivienda y tuvieron que volver a sus comunidades".
La investigadora señala que el mismo NAFTA ha estado desprovisto de un aspecto social, de una cláusula sobre responsabilidad social que obligue a las empresas a cumplir los estándares sociales que tienen vigencia en sus países.
Contratos colectivos de protección patronal
Por su parte, el sociólogo Jorge Carrillo Viveros, pionero en la investigación de la industria maquiladora en México, explica que el país transitó de un corporativismo sindical ligado al gobernante Partido de la Revolución Institucional (PRI) a otro tipo de corporativismo sindical integrado por sindicatos "charros" que firman contratos de protección patronal incluso antes de que lleguen las empresas.
"Son una gran trampa. Son sindicatos que atentan contra el sindicalismo, que pactan con los gobiernos locales que buscan ofrecer ventajas regionales, y acuerdan condiciones mínimas, incluso por debajo de la ley", explica Carrillo. Esos contratos protegen a los empresarios ante, por ejemplo, posibles huelgas laborales. "No hay juntas ni asambleas, es como tener un sindicato sin tenerlo, pero sirve para efectos legales y de imagen internacional".
El académico sostiene que los bajos salarios, el sindicalismo corporativista y las devaluaciones son tres factores que explican la gran ventaja de México como polo de inversión, pero que son desfavorables para la gente.
"El gobierno federal debería de elevar los salarios mínimos de manera sustantiva para mejorar el mercado doméstico. Eso nos conviene a todos y no por ello las inversiones extranjeras se van a ir del país", señala el experto, que estima que unas 2.000 empresas multinacionales están establecidas en México con cientos de miles de filiales a lo largo y ancho del país.