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Mursi no cede y acusa a la oposición de actos violentos

7 de diciembre de 2012

El presidente egipcio, Mohamed Mursi, no cede y, en cambió, acusó a la oposición de los sangrientos disturbios en El Cairo, que dejaron 7 muertos y unos 700 heridos. La oposición expresa indignación y Obama preocupación.

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Imagen: picture alliance / dpa

El presidente estadounidense Barack Obama llamó a su par egipcio, Mohamed Mursi, para manifestarle su profunda preocupación por los muertos y heridos durante las protestas en Egipto, indicó hoy la Casa Blanca.

En su primera alocución desde el comienzo de los enfrentamientos, el primer jefe de Estado islámico de Egipto llamó a sus compatriotas a la unión y no cedió en nada a los reclamos de la oposición. Al mismo tiempo, defendió su política y dijo que la mayoría que lo votó debe decidir. "¿No es eso la democracia?", preguntó el mandatario, elegido en junio como candidato de los Hermanos Musulmanes.b

Mursi ofreció a la oposición un encuentro el próximo sábado. Según observadores, sin embargo, es poco probable que los líderes de la alianza liberal opositora Mohamed El Baradei y Amre Mussa acepten la oferta, dado que Mursi no quiere cumplir con sus reclamos.

Los partidos liberales y de izquierda reclaman una revisión del borrador de constitución formulado por los islamistas. Además, insisten en posponer el referéndum sobre la constitución, previsto para el 15 de diciembre. Mursi lo rechaza. En el caso de que la mayoría de los ciudadanos vote en contra del borrador, sin embargo, él estaría dispuesto a convocar a una asamblea constitucional, añadió el mandatario.

Mursi también insistió en su controvertida declaración constitucional, con la que amplió sus poderes en noviembre. Sólo estaría dispuesto a renunciar al artículo VI de la declaración, dijo el presidente. Este artículo habría permitido a Mursi "tomar todas las medidas necesarias para garantizar la revolución, la unidad y la seguridad nacional" sin consulta.

Mursi sostuvo además que algunos de los violentos armados, que la policía detuvo después de las batallas callejeras, tienen contacto con aquellos "que se definen a sí mismos como fuerzas políticas". Entre los detenidos también hay "golpeadores pagados", aseguró, y consideró que son seguidores del antiguo régimen del depuesto presidente Hosni Mubarak. También habría poderes extranjeros actuando entre bambalinas, advirtió.

Mursi destacó que no responsabiliza a todos los opositores que criticaron la declaración constitucional de los islamistas. "Eso es libertad de expresión. Eso es normal. Tenemos que diferenciar", añadió.

El discurso de Mursi fue recibido con indignación y burlas por parte de la oposición. Algunos activistas compararon su retórica con la de su antecesor, Hosni Mubarak. Delante de una oficina de los Hermanos Musulmanes en el barrio cairota de Makattam se produjeron por la noche violentas protestas.

También en la ciudad de Assiut, en el sur, salieron miles de manifestantes a las calles para protestar.

En la noche del miércoles murieron siete personas en enfrentamientos en El Cairo y Suez y un total de 771 resultaron heridas. La policía detuvo a 150 sospechosos.

La Guardia Republicana levantó esta tarde una valla protectora delante del palacio presidencial e instó a los manifestantes a retirarse. En las horas previas a su discurso, Mursi recibió al ministro de

Justicia Ahmed Mekki, según el diario "Al-Masry Al-Youm".

Los enfrentamientos delante de la sede del gobierno comenzaron el miércoles cuando los Hermanos Musulmanes destruyeron tiendas de campaña que los activistas habían levantado delante del palacio presidencial a modo de protesta.

Los choques entre los opositores y los seguidores de los partidos islamistas en el gobierno fueron los más graves desde la asunción de Mursi a fines de junio. La Guardia Republicana avanzó luego con tanques sobre el palacio presidencial. Un portavoz subrayó que no se trata de soldados del Ejército. Previamente se había especulado con un posible golpe militar.

La violencia se desató por un decreto de Mursi que amplía sus poderes hasta que entre en vigor una nueva constitución. El 15 de diciembre se votará sobre esa nueva carta magna.

Fuente: dpa

Editor: José Ospina-Valencia