Montblanc, una pluma fuerte con debilidad por las artes
13 de septiembre de 2010“Montblanc siempre ha tendido a promover las artes, dentro y fuera de la compañía”, comenta el economista venezolano Camilo Daza Tapia, gerente de mercadeo para el hemisferio occidental de la empresa, señalando que parte de las ganancias generadas por la venta de la edición de plumas estilográficas John Lennon –lanzada este 12 de septiembre con ceremonias simultáneas en Berlín, Nueva York, Tokyo, Hong Kong y Ciudad de México– será invertida en la educación musical de niños y talentos jóvenes alrededor del mundo. El evento de la capital alemana contó con la presencia de la cantante y artista plástica Yoko Ono.
Yoko Ono, presente
A lo largo de los años, Ono ha venido a Alemania cada vez que las circunstancias y su agudo sentido de la autopromoción le han permitido atraer los reflectores hacia su labor artística, su discurso pacifista o su prominencia como viuda del ex Beatle. La última semana ha sido una de esas ocasiones: el 7 de septiembre, la prensa neoyorquina dio a conocer que Ono estaba entre las personas que clamaban por que al asesino de Lennon, Mark David Chapman, le fuera negada la libertad condicional.
El viernes (10.9.2010), Ono inauguró en Berlín su más reciente manifiesto en contra de la violencia, la instalación multimedia Das Gift (El veneno), y el domingo participó en el lanzamiento de la línea de plumas bautizada en honor a Lennon. Testigos presenciales la habrían oído decir poco antes de la ceremonia en cuestión: “Ahora sé qué haré para celebrar el septuagésimo cumpleaños de John: me voy a sentar sola en una habitación y le voy a escribir una carta de amor… con la pluma”.
Una pluma fuerte con debilidad por las artes
“Montblanc creó la línea de productos Donation Pens (Plumas de donación) para rendirle tributo a compositores y directores de música clásica como Herbert von Karajan y Sir Georg Solti. Las plumas John Lennon forman parte de esa línea, aunque, en este caso, se hace homenaje a un compositor cuya relevancia es incalculable en el ámbito del rock y la música pop a escala internacional”, explica Daza Tapia, agregando que, además de ciertos valores, el prolífico creador de canciones y el fabricante de plumas fuentes tienen otras cosas en común.
“Una de las razones por las que estos instrumentos de escritura salen a la venta ahora es que, de no haber sido asesinado en 1980, John Lennon habría arribado a los 70 años el próximo 9 de octubre. Por otro lado, la historia de Montblanc y la biografía del músico exhiben algunos paralelos interesantes: debido a su nombre, muchos creen que esta es una compañía suiza, cuando, en realidad, fue fundada y sigue teniendo su sede en Hamburgo; y todavía hay mucha gente que ignora el hecho de que los Beatles estaban tocando en Hamburgo cuando se hicieron famosos”, cuenta el gerente venezolano.
Lennon y Montblanc, mucho en común
“Antes de volverse famosos, Los Beatles llegaron a tocar seis conciertos al día en Hamburgo para foguearse como músicos. De hecho, años después, John Lennon admitiría que él nació en Liverpool, pero se hizo adulto y creció como músico en Hamburgo. De ahí que, como parte de su campaña más reciente, Montblanc esté invitando a sus clientes a participar en un concurso con miras a ganar, entre otros premios, un viaje a la ciudad que prácticamente vio nacer a los cuatro de Liverpool, con visita guiada por la Reeperbahn y los lugares en donde los Beatles tocaron, como el legendario Star Club y el Kaiserkeller”, añade Daza Tapia.
Montblanc fue fundada en 1906 por los empresarios Alfred Nehemias y August Eberstein, y el banquero Max Koch. Aunque sus plumas no se convirtieron en símbolos de sofisticación inalcanzables de inmediato, sus dueños siempre tuvieron como meta fabricar instrumentos de escritura de la más alta calidad posible; “¡tan alta como el Mont Blanc!”, juró uno de ellos, según la leyenda que explica el origen del nombre dado oficialmente a la compañía en 1934. Al principio, la empresa se llamó Simplizissmus-Füllhalter y luego, Simplo Filler Pen Company.
Una empresa alemana
La alusión a la montaña más alta de Europa inspiró también a los creadores de los rasgos emblemáticos de Montblanc: la estrella blanca de seis puntas redondeadas que sintetiza gráficamente el pico nevado del Mont Blanc acompaña a todos los productos de la empresa desde 1913 y el metal de las plumas lleva grabado el número 4810 desde 1929, haciendo referencia a la altura en metros de la montaña y garantizando la autenticidad de la pieza. Sin embargo, pasarían varios años antes de que el prestigio de esta iniciativa alemana dibujara una trayectoria ascendente ininterrumpida.
Los centros de producción de Montblanc destruidos durante la Segunda Guerra Mundial fueron erigidos de nuevo con relativa rapidez en 1946; mientras tanto, las estilográficas fueron fabricadas en Dinamarca. En 1952 fue lanzado al mercado el modelo 149 que, por la exquisitez de su diseño –y una pequeña ayuda del destino–, trascendió sus funciones como instrumento de escritura para transformarse en un objeto digno de contemplación y entrar a la historia como un icono de concordia.
El resto es historia…
En 1963, el presidente estadounidense John F. Kennedy sacó al canciller alemán Konrad Adenauer de un aprieto protocolar prestándole su Montblanc 149 para que suscribiera un documento de relevancia para ambas naciones. “Permítame ayudarle, señor Adenauer”, le dijo Kennedy; una anécdota a la que la empresa no ha dudado en sacar provecho publicitario; sobre todo después de 1990, cuando la marca comenzó a expandirse por el mundo con boutiques en Hong Kong, París y Londres. Hoy día, Montblanc cuenta con 350 tiendas en más de setenta países.
Autor: Evan Romero-Castillo
Editora: Claudia Herrera Pahl