Marchas por la paz contra armas nucleares
21 de abril de 2011La idea de realizar una marcha de Pascua por la Paz y contra la Política Nuclear en Semana Santa (Ostermarsch, en alemán) es originaria de Gran Bretaña. Ese país comenzó en 1950 con este tipo de manisfestaciones. Para los pacifistas alemanes la explicación del primer canciller alemán Konrad Adenauer de que las armas nucleares no eran más que un "desarrollo de la artillería" fue el detonante para retomar la idea británica.
Frente a semejante trivialización, los pacifistas marcharon desde Hamburgo hasta Bergen Hohne, en Baja Sajonia, (más de 1.000 kilómetros). En este lugar se encontraban apostados soldados estadounidenses con su arsenal de armas. Allí, vestidos con traje y corbata, fueron abucheados.
Concepto del mundo diferente
Andreas Buro, hoy de 83 años, fue uno de los organizadores de esta primera marcha de Pascua en Alemania. No olvida que ese día helado y lluvioso no participaron más de 20 personas. “Nos vimos expuestos a la vergüenza pública”, dice. A comienzos de la década de 1960 se requería mucho coraje para participar en una marcha por la paz. Muchas personas no se atrevían a expresar su opinión públicamente.
La renuencia de muchos alemanes de unirse a los manifestantes tenía su razón de ser. A la mayoría les molestaba la alteración de su concepto del mundo. “A veces no sabía cómo hacer para separar al grupo de personas que se avalanzaba y arremetía verbalmente contra nosotros”, dice Buro.
El argumento se repetía. "Si no te parece, entonces véte al otro lado”. “El otro lado” era la República Democrática Alemania (RDA), que era considerada por los alemanes occidentales como la antesala del mal de la Unión Soviética. Una y otra vez se afirmaba que en cualquier momento los rusos podrían atacar a Alemania Occidental, por lo que había que defenderse.
Reconocimiento gracias a personalidades
Con el tiempo cada vez más personalidades comienzan a participar en las marchas de Pascua por la paz. La oposición extraparlamentaria de partidos y grupos de izquierda, alternativos y ambientalistas surte su efecto. Cada vez participan más personas, lo que ayuda a otros a expresar su opinión públicamente. Las marchas son consideradas como una válvula de presión de la sociedad. Para el reconocido escritor alemán Erich Kästner las protestas son completamente desideologizadas. Esta es una señal importante durante la Guerra Fría entre las superpotencias Estados Unidos y Rusia.
Sí al desarme
En los años 80 las marchas de pascua por la paz llegan a su apogeo cuando se estacionan en Alemania misiles de alcance medio estadounidenses. Cientos de miles de personas participan en todo el territorio alemán, y claman por el desarme. Las marchas se desenvuelven en grandes acontecimientos, plazas y praderas son mares de jóvenes y adultos mayores con carteles. Los discursos son efectuados por políticos aceptados por la población. Uno de ellos es el socialdemócrata Erhard Eppler, quien criticó de forma vehemente el concepto de seguridad de la época. "Las acciones militares con armas nucleares son una invitación al suicidio”, dijo.
Las marchas de pascua por la paz acogen en Alemania a cerca de un millón de personas. Gracias a ello, el movimiento pacífico y contra la política nuclear adquiere una relevancia internacional. También se crean redes alrededor del tema.
Hacia un mundo libre de armas nucleares
A comienzos de la década de los 90 son otros temas los que dominan la agenda política del momento. Después de la reunificación de Alemania también varía la relación entre Estados Unidos y Rusia. Un nuevo orden mundial se hace visible. La participación en las marchas por la paz disminuye de manera significativa. También surgen nuevas peticiones, como la demanda por el repliegue de las tropas alemanas de Afganistán.
No obstante, para Willi van Ooyen, organizador actual de las marchas de Pascua de esta Semana Santa, esta demostración pacífica no ha perdido su importancia. “Después de todo hemos logrado proveer cada año el 50 por ciento a los objetores de conciencia”, dice van Ooyen. Para Winfried Nachtwei, portavoz del subcomité de Desarme del partido de Los Verdes en el Bundestag, justifica la relevancia de las marchas de pascua por la paz. "El Gobierno alemán todavía no ha respondido a nuestra solicitud de eliminar las últimas armas nucleares de Renania-Palatinado. Por lo tanto, debe continuar la presión pública", dice Nachtwei.
La dedicación y trabajo de los demostrantes por la paz es validado por un aspecto internacional. Desde que asumió la presidencia de Estados Unidos, Barack Obama intercede a favor de un mundo libre de armas nucleares. Para Andreas Buro ésta es una alegría, que en su primera marcha en 1960 todavía era inimaginable.
Autor: Wolfgang Dick / Cristina Mendoza Weber
Editor: José Ospina-Valencia