¿Manipulando el miedo?
La naranja es más que una fruta. En EEUU es el color simbólico del segundo nivel de alarma impuesta por las autoridades de seguridad. Por estos días, miles de policías – muchos de civil – patrullan por las calles de los Estados Unidos y controlan todo evento público. A los estadios se ha prohibido incluso llevar hieleras. Cámaras de vídeo y sensores electrónicos para detectar agentes biológicos han sido instalados en sitios estratégicos.
"Conspiraciones siniestras"
En los techos se han apostado francotiradores y la vigilancia en sitios clave de las grandes ciudades, hoteles, puentes y túneles ha sido reforzada. Aviones de guerra sobrevuelan Nueva York y Las Vegas, y se han impuesto restricciones a los vuelos en Chicago y Washington. En el Aeropuerto Internacional Dulles, a las afueras de Washington, funcionarios de seguridad detuvieron un Boeing 747 de British Airways a su llegada en la "Nochebuena" obligando a los pasajeros a un interrogatorio de 3 horas. Desde luego que no hubo explicaciones por parte de los funcionarios, aunque reconocieron no haber capturado a nadie. El gobernador de Nevada, Kenny Guinn, dijo que las medidas de seguridad sin precedentes se adoptaron por temores de que 6 ó 7 ciudades estadounidenses pudieran ser objetivo de ataques. Es más, British Airways, la mayor aerolínea de Europa, canceló este viernes su servicio vespertino entre Londres y Washington por segundo día consecutivo, alegando motivos de seguridad.
El riesgo de ser niño o anciano
Las equivocaciones no se limitan a Washington. Air France tuvo que suspender seis vuelos trasatlánticos porque el FBI confundió el nombre de un niño con el de un presunto terrorista. Autoridades francesas dijeron que cuando agentes franceses detuvieron a los pasajeros en los vuelos de París a Los Angeles que coincidían con la lista vieron que el que encabezaba una relación de un grupo terrorista con sede en Túnez era un niño. Otro "terrorista" era un agente de seguros galés y un tercero una anciana china que en un tiempo tuvo un restaurante en París, dijo el periódico. Los otros tres en la lista eran ciudadanos franceses. "Estamos en un estado de máxima seguridad en los aeropuertos de Francia y de París con vuelos a Estados Unidos", dijo el secretario de Estado de Francia para el Transporte, Dominique Bussereau, a una emisora de radio. La paranoia ha llegado a que aviones estadounidenses F-16 escolten a algunos vuelos de Air France sobre el espacio aéreo de Estados Unidos por temores de que agresores pudieran estrellarlos contra blancos en tierra. Tras la cancelación de 2 vuelos de Aeroméxico, esta aerolínea latinoamericana colocó agentes encubiertos y armados en sus vuelos comerciales a destinos clave de Estados Unidos "mientras Washington perciba una alta posibilidad de atentados terroristas".
Pescando en río revuelto
Ante esta espiral de alerta, pánico, tensión y represión cabe preguntarse si todo ésto es justificable. La actual polémica en Alemania sobre un político local que hizo públicas las pesquisas sobre una presunta amenaza por parte de un grupo islámico desplegando un inmenso operativo militar y publicitario hace pensar que la intención de algunos políticos es más bien pescar en río revuelto que velar por la seguridad real de los ciudadanos. Al político hamburgués se le acusa ahora de haber echado a perder el seguimiento que se le estaba haciendo a los presuntos terroristas por el mero afán de figurar como "hombre fuerte" justo en tiempos de campaña electoral.
¿Busca George W. Bush acaso un segundo mandato figurando como el "hombre fuerte"? También en Estados Unidos hay elecciones este año. El presidente - cuyos tres años en el gobierno se han visto arcados por dos guerras- es visto por algunos como un "vaquero "cazaterroristas". Pero tampoco allá se han cumplido – después del 11 de septiembre - las supuestas "amenazas terroristas de dimensiones mayores". Las últimas "medidas de seguridad dictadas y ejecutadas en los Estados Unidos podrían empezar a aislar a esa nación plagada por la histeria", dice el prestigioso diario muniqués Süddeutsche Zeitung. El Darmstädter Echo teme, por su parte, que algunos políticos alemanes hayan empezado a manipular el miedo como arma infalible para ganar elecciones. Todo a sabiendas de que a los ciudadanos se le puede inyectar miedo pero no se les puede proteger totalmente.
De la paranoia y otros males
A la erosión de algunas libertades civiles se suman las indecibles trabas de inmigración. Esta histeria colectiva, al parecer sin freno, puede degenerar en un lento pero seguro aislamiento de los EE.UU. que están perdiendo su tan reconocida como apreciada apertura al mundo. Las autoridades estadounidenses hace aparecer hoy el país como un anciano uraño que con la edad acentúa su mal carácter y el temor a ser robado. ¿Habrá que proceder acaso como el juez brasileño Julier Sebastiao da Silva, quien furioso por los planes de Estados Unidos de tomar huellas dactilares y fotografías a millones de visitantes al entrar en territorio norteamericano, ordenó a las autoridades de Brasil hacer lo mismo con los estadounidenses?