Lugares de memoria para quienes murieron en la Primera Guerra Mundial
Hace 100 años, el 11 de noviembre de 1918, acabó la Primera Guerra Mundial. En Europa muchos museos y memoriales recuerdan a las víctimas de un conflicto brutal y absurdo.
El osario de Douaumont
El osario de Douaumont es un mausoleo para los soldados que cayeron en el Frente Occidental y no pudieron ser identificados. En 1984, con motivo del 70 aniversario del comienzo de la Primera Guerra Mundial, François Mitterand y Helmut Kohl hicieron historia al darse la mano y declarar: "Nos hemos reconciliado. Nos hemos entendido. Nos hemos hecho amigos".
Memorial de Verdún
La batalla de Verdún, en el noreste de Francia, es un símbolo del horror de la Primera Guerra Mundial. Entre febrero y diciembre de 1936 murieron en ella cientos de miles de soldados. El museo, creado en 1967, volvió a ser inaugurado con motivo del centenario de esta batalla por la canciller alemana, Angela Merkel, y el entonces presidente francés, François Hollande.
Memorial de Notre-Dame-de-Lorette
El Anillo de la Memoria es un monumento conmemorativo ubicado en el cementerio nacional de Nuestra Señora de Loreto, en el norte de Francia. En él están recogidos los nombres de 600.000 caídos en la región francesa de Nord-Pas-de-Calais. Eran soldados del Imperio británico, de Alemania, de Francia y de las colonias galas en África.
Historial franco-alemán de Hartmannswillerkopf
Este lugar conmemorativo franco-alemán en el promontorio rocoso de Hartmannsweilerkopf (nombre alemán) fue inaugurado en noviembre de 2017 por el mandatario francés, Emmanuel Macron, y el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier. Comprende un cementerio nacional y una cripta en la que descansan muchos muertos de la guerra de posiciones que hubo en Alsacia.
El museo "In Flanders Fields"
La región en la que se encuentra la ciudad belga de Ypres también fue uno de los escenarios de la Gran Guerra. El museo bélico "In Flanders Fields" se encuentra en un complejo gótico que tuvo que ser reconstruido por los destrozos del conflicto. Su nombre hace referencia a un poema del médico militar canadiense John McCrae, cuyo amigo murió en en 1915 en Ypres.
Museo memorial de Mons
Este museo inaugurado en 2005 no pone el foco en los artefactos militares ni en las estrategias, sino en las personas. Tras las vitrinas se encuentran objetos personales de soldados y civiles que permiten hacerse una idea de cómo fue aquello, de cómo lo vivieron. Esta región noroccidental de Bélgica fue un escenario muy reñido en ambas guerras mundiales.
Osario de Castel Dante
En la ciudad italiana de Rovereto, el osario de Castel Dante y la Campana de la Paz guardan la memoria de los caídos en la Primera Guerra Mundial. La campana está hecha con el metal de cañones italianos y austrohúngaros que fueron fundidos. Cada día, sus cien campanadas recuerdan a los muertos de todas las guerras.
Kobariški Muzej
También la región eslovena de Kobarid fue un escenario de la Primera Guerra Mundial, donde tuvieron lugar varias batallas entre el Imperio austrohúngaro e Italia. El Museo de Kobarid documenta tanto las batallas del frente de Isonzo como el día a día de los soldados de ambos bandos.
Çanakkale Şehitleri Anıtı
Como muchos otros en la península de Galípoli, el monumento de Çanakkale trata de mantener viva la memoria de la batalla homónima que enfrentó al Imperio otomano con Reino Unido, Francia, Australia y Nueva Zelanda. En la piedra se grabaron unas palabras del presidente Atatürk: "Para nosotros no importa si se llamaban Johnny o Mehmet. Por lo tanto, descansan en paz".
La Nueva Guardia de Berlín
En Alemania, los memoriales de la Primera Guerra Mundial están muy descentralizados. Cada región tiene sus lugares conmemorativos para los caídos. Uno con carácter central, sin embargo, es desde 1993 el edificio de la Nueva Guardia de la capital. En su interior se encuentra una imitación en bronce de la escultura "Madre con hijo muerto" de la artista Käthe Kollwitz.