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“Los ministros son monaguillos en la corte de Trump”

Diana Hodali
13 de marzo de 2018

Tillerson y Trump tenían visiones distintas de la diplomacia estaounidense. ¿Qué cambiará tras la marcha del primero?

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USA Donald Trump Kabinettssitzung
Imagen: Reuters/K. Lamarque

DW: Rex Tillerson tenía los días contados. ¿Por qué?

Hay varias razones para ello. La principal es que, en el mundo de Trump, la diplomacia global solo tiene un papel subordinado, por decirlo de manera diplomática. Para Trump, la diplomacia es una pérdida de tiempo. Él se centra en el Ejército y en los servicios secretos, porque en su visión del mundo es lo que cuenta: unas fuerzas armadas fuertes y combativas para imponerse ante los demás.

Tillerson se aferraba al pacto nuclear con Irán. Su sucesor, Mike Pompeo, es más cercano al presidente de los Estados Unidos. ¿Cuál será el papel del Ministerio de Exteriores en el futuro?

Pompeo viene de los servicios secretos. Ello implica que Exteriores se convertirá en una de las ramas que cuentan para el Ejecutivo. Quizás eso sea una buena noticia para los que allí trabajan, porque esto significa que adquirirá más peso. Pero sin duda es una es una mala para los que esperaban diplomacia por parte del Departamento de Estado. Será ahora como los servicios secretos, pero con otros medios.

Dr. Josef Braml
Dr. Josef Braml, experto alemán en Estados UnidosImagen: Privat

En 2016 entró en vigor el acuerdo nuclear con Irán, que impone severas condiciones para  el uso por parte del país de armas nucleares. El presidente Trump lo ha criticado como un mal acuerdo y ha dicho que es insuficiente. ¿Qué cambiará cuando Tillerson se vaya?

Tillerson no tenía nada que decir al respecto. No olvidemos que los ministros son monaguillos en la corte de Trump. Ningún ministro ha conseguido impedir nada por razones de política exterior. Como mucho Trump solo se dejará instruir por razones de estrategia electoral. No creo que Trump tenga en consideración cuestiones diplomáticas o las advertencias de Tillerson sobre la posibilidad e irritar a los europeos. Además, Europa tiene un gran problema, pues con sus aranceles punitivos el presidente estadounidense ha lanzado el guante de una guerra comercial.

A pesar de la revocación de las sanciones tras el acuerdo nuclear apenas ha habido comercio, pues Washington ha ejercido presión sobre los bancos para que no hicieran negocios con Teherán. ¿Se han esforzado los europeos en vano para que Trump entrase en razón?

Nos hemos hecho demasiadas ilusiones respecto a que EE.UU. volviese al curso del pasado. Tenemos que afrontar que los estadounidenses ya no tienen esta cosmovisión liberal internacionalista. EE.UU. ya no quiere atenerse a reglas internacionales. Gulliver no está preparando para dejarse atar por los liliputienses. Y con atar me refiero a las organizaciones internacionales como las Naciones Unidas o la Organización Mundial del Comercio, así como a acuerdos que a Trump no le complacen. Tenemos que entender esta cosmovisión del presidente. Él funciona según la lógica brutal del realismo: cuanto mayor sea mi fuerza militar, mejor podré imponer lo que creo que es correcto. Tenemos que adaptarnos a esta situación.

¿Podría ser que Trump adoptase posturas más duras respecto a las negociaciones con el líder norcoreano, Kim Jong-un?

No debemos cometer el error de pensar según nuestra lógica. Ella nos dice que es contraproducente romper el acuerdo nuclear con Irán. Pero para Kim Jong-un no habría ningún aliciente en entrar en un acuerdo nuclear, porque al final le ocurriría como a los iraníes. Esa es nuestra lógica. Pero así no funciona el pensamiento de Trump.

¿A qué lógica debemos acostumbrarnos entonces?

Trump dice que él tiene el botón más grande. Y en eso manda él.

¿Es usted de la opinión de que va a frustrar un acuerdo con Irán?

Es muy probable que así sea.

¿Qué quiere probar con ello?

Él funciona en términos de política interior. En este caso no solo tiene de su lado al lobby proisraelí, sino también a la derecha cristiana que le aupó en las elecciones y que tienen intereses en relación con Israel. Casi siempre es una suposición correcta asumir que Trump funciona con esta lógica. El traslado de la embajada de Tel Aviv a Jerusalén también tiene que ver con la derecha cristiana y no con el proceso de paz.

Dr. Josef Braml es experto en EE.UU. de la Sociedad Alemana de Política Exterior y autor del libro "La América de Trump, a coste de la libertad”. En su blog "esaexperte.com” publica análisis sobre la actualidad estadounidense.

Autora: Diana Hodali (EAL/EL)