Los derechos humanos, prioritarios sobre las exportaciones de armamento
20 de diciembre de 2006
Según el Instituto de Investigaciones de Paz, (SIPRI), con sede en Estocolmo, Suecia, el gasto militar global alcanzó en el 2005, el monto de 1.118 mil millones de dólares, y observando la tendencia de gastos durante los últimos diez años, éstos han aumentado en un 34%. Estados Unidos es el país que más gasta en armamento, (48% del gasto global), seguido de lejos por Reino Unido, Francia, Japón y China.
Los diez grandes exportadores de armas convencionales son Rusia (31%), EEUU (30%), Francia (9%), Alemania (6%), Reino Unido (4%), Ucrania, Canadá, Países Bajos, Italia y Suecia (cada uno 2%).
En Alemania, desde hace diez años las Iglesias Católica y Evangélica observan con un ojo crítico las ventas de armamento realizadas por Alemania. A través de la organización ecuménica alemana Conferencia Común Iglesia y Desarrollo (GKKE), presentan cada año su reporte. El prelado Stefan Reimers, presidente de la Iglesia Evangélica Alemana, señala que Alemania, debido a su historia, sabe del horror que pueden provocar las armas y tiene el compromiso de asumir un papel ejemplar y tomar la iniciativa cuando se trata de ventas a países que violan los derechos humanos o se encuentran en regiones en conflicto.
El reporte de la organización, presentado la víspera critica al gobierno alemán, que en su pasado informe sobre exportaciones de armamento asegura tener una política restrictiva. "Es todo lo contrario si uno ve las cifras", dice Reimers.
¿Cuál es el punto más importante de su crítica?
En comparación con las cifras del año anterior, el valor de las armas alemanas vendidas en el exterior ha aumentado en un 40% hasta situarse en los 1.650 millones de euros, y en cuanto al equipo militar se han vendido 4,200 millones, un aumento de más de un 10%. Son aumentos dramáticos, casi 6.000 millones de euros es el valor de las exportaciones de armamento, y eso no es una política restrictiva como dice el gobierno, es claramente una política expansiva.
¿Cuáles son los principales compradores?
Son los países miembros de la OTAN y también Estados Unidos, pero los países que a nosotros nos preocupan son los países en desarrollo que reciben suministros de armas y equipo militar de un valor de 1.000 millones de euros. Ese dinero que se gasta en armamento impide el desarrollo de estos países.
¿Cómo se comportan las compras de estos países?
En el Medio Oriente la tendencia en la compra de armamento es creciente, sobre todo en Israel, que el año pasado compró submarinos de guerra. Arabia Saudita, Irak y otros países de la región son fuertes compradores, criticamos que siendo el Medio Oriente una región en crisis se venda tanto armamento, porque a esa región llegan muchas armas.
Latinoamérica es también una región afectada
Sí, Colombia, por ejemplo. Pero a través de una operación multilateral en la que participaron varios países europeos, se exportarán, a través de los Países Bajos, tanques blindados tipo Leopardo a Chile y a Brasil. Nos preocupa que con el aprovisionamiento de armamento se de un impulso a la carrera armamentista en esta región.
¿Qué espera usted de la presidencia alemana en la Unión Europea?
Existe un Código de Conducta de la Unión Europea en relación a las exportaciones de armamento, que contempla que no se venda armamento a Estados donde se violan los derechos humanos, o donde no hay un buen gobierno. Este código es tan sólo una recomendación. Sería importante que fuera uno de los pilares del Consejo Europeo, eso sería una decisión política que lo haría jurídicamente vinculante. Ahí hay mucha controversia porque se cuestiona, por ejemplo, si a China puede vendérsele armamento o no. Francia y Gran Bretaña han realizado importantes suministros pese a que la situación de los derechos humanos no es satisfactoria. Será difícil llegar a una decisión a nivel europeo sobre este código, pero esperamos que la canciller Angela Merkel, haga un esfuerzo por encontrar consenso, ésa es nuestra demanda.
El jerarca eclesiástico señala que no existe un código de comportamiento mundial, un déficit que debiera ser atendido por la ONU. El Código de Conducta de la Unión Europea en materia de exportación de armas fue aprobado en 1988 y es la norma más acabada que existe de momento, aunque no tiene un carácter jurídicamente vinculante.