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Los chivos expiatorios de la inmunidad

Mirra Banchón23 de junio de 2004

El retiro del proyecto de resolución para la inmunidad de los soldados estadounidenses ante la CPI parecería un acto de justicia. Sus móviles, sin embargo, obedecen a fines más mezquinos y exigen chivos expiatorios.

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El Consejo de Seguridad, en Nueva YorkImagen: AP
A pesar de que el hecho de que Estados Unidos retirara hoy su proyecto de resolución para pedir la renovación de la inmunidad de sus soldados ante la Corte Penal Internacional (CPI) podría parecer un acto final y esperanzador de cordura y justicia, los móviles de tan sensata acción son al parecer otros, más mezquinos.

Éxito inseguro

Y es que a pesar de las múltiples conversaciones bilaterales que sostuviera el fin de semana con los miembros del Consejo de Seguridad la asesora estadounidense de Seguridad , Condoleeza Rice, el proyecto de resolución no iba a contar con los necesarios nueve votos a favor. Países como Alemania y Francia volverían a abstenerse. China, miembro permanente, había amenazado con incluso con el veto, aduciendo que su gobierno no podía apoyar el proyecto, especialmente tras el escándalo de los abusos y torturas en las prisiones iraquíes.

El peso de Kofi Annan

Las declaraciones del Secretario General de Naciones Unidad, Kofi Annan, acerca del "dudoso valor judicial" de la que hubiese sido la tercera renovación de una resolución que desacata el Tratado de Roma -que firmara Bill Clinton en el último día de su mandato y que Bush no ratificara nunca- habría ejercido también peso en la anunciada posición de los miembros del Consejo.

Lavarse las manos

La línea que el gobierno de Bush siguió después del 11-S, dejaba en claro que contra un enemigo que rompe las reglas, no hay reglas que valgan. Siguiendo esta lógica, su ministro de Defensa, Donald Rumsfeld habría permitido ciertos métodos de interrogatorio un poco "más agresivos". Ahora, contrariando su anterior posición, las últimas declaraciones del presidente Bush quieren convencer a la opinión mundial de que las torturas a los prisioneros en Irak no fueron ni queridas ni permitidas por la cúpula de su gobierno.

Chivos expiatorios

Sin embargo, la opinión difundida, es que sus soldados no se habrían tomado esas fotos con los prisioneros iraquíes si no hubiesen contado con la tolerancia de su gobierno. Ello también aportó a que retirara su proyecto de resolución, pues todo parece indicar que Bush está dispuesto a sacrificarlos para salvar su pellejo. Es decir, el Tribunal de La Haya, de pronto, ya no parece tan peligroso, pues sólo opera, si las cortes del país respectivo no se activan. Y el gobierno de Estados Unidos estaría, así ciertos analistas, ahora muy dispuesto a activarlas. Así que la inmunidad ya no le sería tan necesaria.