Liszt vuelve a la fama
31 de julio de 2011El ''año de Liszt'' será una buena ocasión para demostrar el interés renovado en torno a su figura y obra. Más de 200 eventos recordarán al compositor sólo en la ciudad alemana de Weimar, patria creativa del compositor, y en el estado federado de Turingia. Otros 150 se celebrarán en Bayreuth, donde tiene lugar el famoso festival en honor al yerno de Liszt, Richard Wagner.
"Había llegado el momento de levantar un podio mundial al gran renovador cultural europeo que influyó en todas las naciones y nacionalidades", explica el presidente de la escuela de música Franz Liszt, Christoph Stölzl.
Nacido hace 200 años como Liszt Ferenc en la parte húngara del Imperio Austro Húngaro, Liszt pasó alrededor de 30 años de su vida creativa en Weimar. Murió el 31 de julio de 1886 en Bayreuth, a donde había viajado para asistir a la primera edición del festival dirigido por su hija, Cosima Wagner. En esa misma ciudad fue enterrado. En la misa de difuntos, Anton Bruckner tocó extractos del "Parsifal" de Wagner en el órgano.
Múltiples homenajes
Este domingo, al cumplirse 125 años de ese día, el músico vuelve a ser recordado con un oficio religioso, con participación del coro del Festival de Bayreuth y también con un homenaje en la ciudad de Weimar.
"Podemos estar satisfechos", celebra Wolfram Huschke, director del centro Franz Liszt. El experto destaca como puntos fuertes del aniversario el inicio "refrescante y profundo" de la mano del pianista Alfred Brendel, la restauración de la casa de Liszt, un nuevo órgano en recuerdo al músico en la iglesia católica de Weimar y, como gran proyecto del año, la exposición "Franz Liszt. Un europeo en Weimar", organizada en todo el país.
La otra cara de Liszt
Y aún esperan sorpresas hasta el bicentenario del nacimiento del músico el próximo 22 de octubre. Weimar espera vivir entonces una verdadera "Lisztomania" y volver así a la fama que gozaba el músico en vida.
Pero esta segunda mirada a la figura de Liszt aporta también novedades. Mujeriego empedernido, hedonista y a la vez fervoroso creyente, los nuevos estudios lo muestran también como "un hombre de enorme corazón", explica Stölzl. Según el experto, Liszt entregó la práctica totalidad de su patrimonio a refugiados políticos, demócratas perseguidos y víctimas de catástrofes. "Esto casi no se sabía hasta ahora", añade Stölzl. (dpa)
Editora: Emilia Rojas