Guatemala: todo para conservar el poder

“Todo para conservar el poder: la élite guatemalteca usa al Poder Judicial para sus propios fines, con consecuencias para las elecciones”: así titula un artículo el diario alemán Franfurter Allgemeine Zeitung sobre la persecución de políticos opositores, periodistas, juristas y hasta empresarios en Guatemala: “Ulrich Gurtner está en la cárcel. Justamente él, que pasó la mitad de su vida en Guatemala y fundó una cooperativa de pequeños cafeteros, transformándola en el mayor exportador de café del país, con producción propia. Hoy provee de café a Starbucks, Nespresso, Tchibo y a otras empresas que ofrecen café de producción justa en Alemania y Suiza. Registra ganancias por más de 100.000 millones de dólares, y miles de familias de pequeños agricultores viven de ella. Pero desde marzo, todas sus cuentas están congeladas. Y Gurtner está en prisión por lavado de dinero. Pero, en Guatemala, eso no quiere decir nada. (…).

Gurtner no es el único caso. (…). La élite guatemalteca utiliza al Poder Judicial para sus propios fines, con consecuencias para las elecciones. (...). Toda una serie de renombrados periodistas y juristas tuvieron que abandonar el país por temor a ser objeto de procesos similares. Tras la expulsión de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), el Poder Judicial en Guatemala se ha convertido cada vez más en un instrumento de una élite corrupta. Bajo el actual presidente, Alejandro Giammattei, se alineó también a ella la Corte Constitucional y luego el Ministerio Público. (…). En medio de este clima cada vez más autoritario, los guatemaltecos están llamados el domingo a elegir nuevo presidente y diputados. Pero no hay esperanza de que la elección pueda mejorar la situación actual y traer más libertad y menos corrupción. Los tribunales también se encargaron de eso. En fallos muy controvertidos, el poder judicial electoral ha prohibido que varios candidatos se presenten a las elecciones. Entre ellos figuran, por ejemplo, la líder indígena Thelma Cabrera o el empresario Carlos Pineda, que inicialmente aparecía como un outsider y que había liderado claramente las encuestas hasta su expulsión. Cabrera habla de fraude electoral incluso antes de la elección.”

Honduras, ¿camino a las medidas de El Salvador?

El periódico alemán Zeit Online dedica una nota al levantamiento en el Centro Femenino de Adaptación Social de Támara, una cárcel de mujeres de Honduras: “Las pandillas controlan varias cárceles en Honduras. El levantamiento se produjo en la prisión para mujeres de Támara, a unos 50 kilómetros al noroeste de la capital hondureña, Tegucigalpa. La directora de la cárcel, Julissa Villanueva, dijo que la revuelta fue una reacción a las medidas ‘que tomamos contra el crimen organizado’. Las pandillas controlan a menudo ampliamente las cárceles del país. Los prisioneros establecen frecuentemente sus propias reglas y, por ejemplo, venden productos prohibidos. (…) ‘No nos rendiremos’, dijo Villanueva en un discurso televisivo luego del brote de violencia. La presidenta, Xiomara Castro, escribió en Twitter que el motín fue ‘planificado por maras a vista y paciencia de autoridades de seguridad’. Y añadió: ‘¡Tomaré medidas drásticas!’.

El levantamiento podría aumentar la presión sobre Honduras para que siga la política de tolerancia cero del vecino El Salvador. Allí, el presidente Nayib Bukele declaró en marzo de 2022 el estado de excepción a nivel nacional, luego de que pandillas criminales fueran hechas responsables de 62 asesinatos en un día. Esa política antipandillas llevó en El Salvador a que se suspendieran algunos derechos constitucionales. Pero, en un país que viene siendo aterrorizado desde hace tiempo por las pandillas callejeras, las medidas de Bukele son muy populares. La violencia de las pandillas en América Central es una de las principales razones por las que tantas personas emprenden la peligrosa huida a los Estados Unidos.”

(cp/ers)