La tortura de las vuvuzelas
13 de junio de 2010“Medio sordo” quedó el ídolo de la selección argentina tras el partido contra Nigeria. ¿Sería el rugido de las vuvuzelas lo que impidió a Lionel Messi la concentración necesaria para encajar el balón en el arco? Quizás... pero su queja se limitó al hecho de que, con el ruido imperante, era prácticamente imposible comunicarse con los otros jugadores. Y eso lo comprende cualquiera que haya visto los primeros partidos de este Mundial, aunque sea por TV: el sonido de las vuvuzelas parece el zumbido de un enjambre empecinado en confundir el estadio con su colmena.
Para los que ya no soportan la atronadora banda sonora de este torneo, el hecho de que el jefe del comité sudafricano organizador del Mundial no descarte ya por completo la posibilidad de prohibir las vuvuzelas es un atisbo de esperanza. Pero sólo eso, porque el funcionario no parece pensar tanto en la tortura auditiva, sino en el peligro que pueden suponer las cornetas como potenciales proyectiles: “Si alguna vuvuzela es lanzada por rabia a la cancha, actuaremos”, dijo Danny Jordan a la BBC.
Métodos para sobrevivir a las vuvuzelas
Por lo pronto, no queda más que resignarse y tomar las providencias del caso. El entrenador alemán, Jogi Löw, ya ha optado por utilizar el leguaje gestual. “En los entrenamientos nos hemos dado cuenta de que ya una sola vuvuzela hace un estruendo infernal. No tengo para que tratar de dar instrucciones desde la línea lateral, nadie me escuchará. Por eso voy a trabajar con el leguaje de signos”, dijo el responsable de la selección alemana.
Su colega de Dinamarca, Morten Olsen, tiene otro método: “simplemente me sacaré los audífonos”, comentó el entrenador de 60 años, que padece de problemas auditivos.
Las estaciones de televisión, por su parte, buscan soluciones para evitar que sus espectadores cambien de canal. En el segundo canal de la TV alemana, ZDF, recurren a micrófonos especiales, que captan la menor cantidad posible de sonido ambiente.
Vuvu-stop
No pueden hacer mucho más. Sólo sumarse quizás al coro de los que piden proscribir las vuvuzelas. En Alemania, más de 200.000 personas han firmado ya una petición en este sentido, en el sitio de internet www.vuvuzela.org.
Las vuvuzelas, sin embargo, también tienen sus defensores, comenzando por el propio jefe de la FIFA, Joseph Blatter, quien considera que son parte del fútbol en África. Y, desde luego, las defienden los hinchas africanos, que parecen no concebir un partido sin su arrullo. No obstante, también en Sudáfrica hay gente preocupada por sus propios órganos auditivos. Prueba de ello es que en varios lugares ya se han agotado los tapones para oídos conocidos como vuvu-stop, que prometen reducir el ruido a sólo 90 decibeles.
ERS/sid/dpa
Edirtora: Claudia Herrera