La gloria esquiva
30 de agosto de 2014
Durante los ocho años que lleva al frente de la selección alemana, el entrenador Joachim Löw les ha abierto la puerta del equipo nacional a 59 jugadores nuevos. Por distintas razones, solo una pequeña parte de ellos (18) logró alzar la Copa del Mundo. ¿Qué pasó con los otros? Deutsche Welle da una mirada a los casos más sobresalientes.
Los desaparecidos
Son varios los jugadores que en su momento fueron considerados piezas fundamentales del futuro de la selección alemana por muchos factores: por su talento, por haber sido bastiones de los equipos nacionales de categorías juveniles o porque en sus clubes se erigieron como líderes deportivos e intérpretes principales del fútbol que ellos practicaban.
Lewis Holtby es quizás el mejor representante de este grupo. El volante ofensivo saltó a la fama en Maguncia junto a Andre Schurrle (quien hoy es campeón del mundo) y llegó a ser el capitán de la selección alemana sub 21. Holtby, sin embargo, apenas consiguió acumular tres partidos con la selección mayor, y aunque siempre se esperó que su potencial se desplegara, el traspaso del Schalke al fútbol ingles terminó por alejarlo del radar del seleccionador Löw.
Algo similar ocurrió con Marko Marin. La gran sorpresa en la convocatoria de la Eurocopa 2008 alcanzó a progresar con la selección hasta el Mundial de 2010, donde jugó dos partidos. Con apenas 21 años, su carrera con el uniforme alemán terminó en aquel año, y aunque intentaría volver, las cosas con sus clubes en el extranjero no resultaron tan bien como para justificar un nuevo llamado. Todo ello pese a que con ambos (Chelsea en el 2013 y Sevilla en el 2014) ganaría la Liga de Europa.
Junto a Marin también hubo un grupo grande de jugadores jóvenes que estuvieron en el Mundial de Sudáfrica sin conseguir anclarse al proceso de Löw, quien para el siguiente gran torneo internacional, la Eurocopa 2012, los descartó: Denis Aogo (hoy en Schalke), Serdar Tasci (Esparta Moscú), Piotr Trochowski (Sevilla) o el delantero del Leverkusen Stefan Kiessling, de todos los mencionados el más éxitoso y con el más constante rendimiento a alto nivel.
Los desafortunados
A otros, en cambio, fue el destino y no la baja calidad deportiva el que los alejó de la celebración de sus compañeros en Brasil 2014. La estrella del Dortmund, Marco Reus, se quedó por fuera del equipo al sufrir una lesión en el partido amistoso contra Armenia jugado por Alemania en Maguncia a menos de 24 horas de emprender el viaje al torneo.
Al igual que Reus, hoy no son campeones del mundo por culpa de las lesiones varios futbolistas con los que Joachim Löw viene trabajando desde hce un par de años, y con los que seguramente seguirá contando en el futuro inmediato, entre los que se cuenta Holger Badstuber, el central del Bayern que acaba de regresar a las canchas tras recuperarse de dos rupturas de ligamento cruzado que lo alejaron del fútbol durante 629 días.
Ilkay Gündogan también forma parte de esta lista. El jugador del Dortmund lleva más de un año sin poder jugar al fútbol por culpa de problemas en la columna vertebral que no le han dejado jugar ni con su club ni con la selección. Otros dos compañeros suyos tampoco estuvieron en Brasil por haber estado lesionados antes del viaje y no haberse recuperado a tiempo: Marcel Schmelzer y Sven Bender, cuyo hermano gemelo Lars, jugador del Leverkusen, también se perdió el Mundial por motivos parecidos, que aplicaron igualmente en el caso del delantero de la Fiorentina de Italia Mario Gomez.
Todos ellos esperan tener mejor fortuna con miras a la Eurocopa del 2016 en Francia, donde tendrán la oportunidad de conquistar un título internacional que les permita en alguna medida emular la gloria que no lograron compartir con sus compañeros en Brasil 2014.