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La fiesta alemana de la cerveza

25 de septiembre de 2002

Para el amante de la cerveza, la Oktoberfest de Múnich no tiene parangón. Una vez que se abren oficialmente los barriles, la bebida favorita de los alemanes fluye sin parar.

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Nadie regresa sediento a casa.Imagen: AP

Una nueva edición de la ‘Oktoberfest’, dió pistolazo de salida en Múnich, ¡que empiece la fiesta! Este fin de semana, hordas de turistas y de amantes de la cerveza arribaron a la ciudad de Múnich para tomar parte en el gran festival de la cerveza, que este año cumple su edición 169.

Durante dos semanas la capital bávara queda cubierta bajo las gigantescas tiendas (toldos) en los prados de Theresienwiese, donde unos seis millones de visitantes se reúnen cada año para beber cerveza y comer las tradicionales salchichas blancas de cerdo de Baviera. En la fiesta popular todo se vale, hasta acabar bailando al son del tradicional folclor bávaro sobre las rústicas mesas de madera.

La mayor fiesta popular del mundo

Ein Pärchen trinkt Weissbier
La deliciosa cerveza de trigo bávara.Imagen: AP

Ésta es la mayor fiesta popular del mundo, una verdadera borrachera y comilona pública. Se estima que en el transcurso de 14 días, se consumen alrededor de cinco millones de litros de cerveza y más de 200,000 pares de salchichas de cerdo. Lo tradicional es beber en los jarros de a litro, en épocas de vacas flacas, el alemán, por lo general ahorrador, se fija en como gasta cada euro. Cada jarro de cerveza cuesta entre 6 y 7 euros.

Sobra decir que en Alemania la cerveza es la bebida favorita por excelencia, desde Flensburg al norte, hasta Múnich en el sur, existe prácticamente en cada pueblo una especialidad propia. El resultado es varias docenas de tipos de cerveza, cada una con su vaso típico. Se estima que en promedio, el alemán bebe unos 138 litros de cerveza al año, lo que representa el mayor consumo de cerveza del mundo per cápita.

Hofbräuhaus
Cervecería de Múnich.Imagen: AP

La Oktoberfest se convierte durante dos semanas en capital de la cerveza. Catorce toldos son especialmente construídos por las cervecerías muniquesas para que, llueve o truene, la fiesta siga noche y día. Tan sólo durante el primer fin de semana acudieron al Oktoberfest unos 900,000 visitantes.

Los toldos de cerveza vibran de risa, música y baile

Una vez que concluyen las formalidades de apertura, la gente se sienta bajo los toldos y las sesiones pueden durar horas, desde que abren los inmensos pabellones a las 9 de la mañana, hasta que cierran a las 11 de la noche. Los visitantes más sobrios se preguntarán porque la fiesta comienza unos nueve días antes de que inicie el mes que le da su nombre, octubre.

Básicamente se debe al clima. En Múnich el mes de septiembre suele ser soleado y más cálido que octubre, por lo que el visitante puede disfrutar las instalaciones de la gran feria o sentarse en la zona que rodea los toldos sin congelarse.

Oktoberfest
Un tarro de cerveza gigantesco.Imagen: AP

La boda del Rey Ludwig primero de Baviera

Sin embargo la razón de su nombre tiene razones históricas. Todo empezó con las bodas del príncipe bávaro Ludwig –después conocido como el Rey Ludwig primero- con la princesa Therese del Reino germano de Sajonia –Hilburghausen, quien posteriormente dió su nombre a los prados de Theresienwiese, donde se lleva a cabo la fiesta.

Cinco días después de la boda real, fue organizada una carrera de caballos para que el pueblo bávaro participara en las celebraciones. Posteriormente se decidió repetir el festival en la misma época del año, lo que marcó el nacimiento del ‘Oktoberfest’.

Oktoberfest in München, Tubabläser
Música y carrusel.Imagen: AP

Estos días, a pesar de un declive en el número de visitantes durante los últimos años, la fiesta de Octubre sigue siendo un magno evento en el calendario alemán. Además de los tradicionales platillos de la cocina bávara, hay desfiles de trajes regionales, música folclórica y carruseles y juegos infantiles. Es un evento obligado para cualquiera interesado en las tradiciones, el entretenimiento y los clichés culturales. El festival es un sinónimo de una manera muy alemana de celebrar.