La desigualdad en cuanto a salud frena al deporte femenino
7 de marzo de 2024Según una destacada científica del deporte, el desconocimiento de diversos aspectos de la salud de las mujeres y su importancia para el rendimiento está frenando al deporte femenino.
La Dra. Emma Ross, quien ayudó a establecer planes de salud y forma física para el equipo británico en los Juegos Olímpicos de 2016 y 2020, dijo a DW que las desigualdades en materia de salud son aún más notables en el deporte que en la sociedad.
"El deporte es la tormenta perfecta, porque hay mujeres que no entienden su cuerpo y naturalizan muchas cosas que no son beneficiosas; muchos hombres que no tienen ni la experiencia ni la perspectiva para entenderlas, a pesar de sus buenas intenciones, y, además, hay un sistema que está llevando los cuerpos de las personas al límite”, explicó.
Ross destaca que la menstruación, la salud reproductiva, el soporte adecuado para los senos y la nutrición son áreas en las que es esencial que las atletas reciban una formación más completa y experimenten una mayor comprensión. El crecimiento vertiginoso del fútbol femenino en Inglaterra desde la Eurocopa de 2022 ha hecho que se eche más luz sobre estas cuestiones.
La entrenadora del Chelsea, y próximamente de los equipos femeninos de fútbol de Estados Unidos, Emma Hayes, por ejemplo, ha hablado en conferencias de prensa sobre el ciclo menstrual; más jugadoras han regresado a su máximo nivel de rendimiento después de dar a luz, y el exceso de lesiones de ligamento cruzado en jugadoras de alto nivel ha dado lugar a debates sobre el calzado adecuado, la calidad del campo de juego y la sobrecarga del calendario del fútbol femenino.
Falta de información, de movilidad y de acceso a toma de decisiones
"Las mujeres y las niñas suelen enfrentarse a mayores barreras que los hombres y los niños para acceder a la información y a servicios sanitarios”, informó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2021.
Emma Ross señala que esas barreras incluyen restricciones de movilidad, falta de acceso a la toma de decisiones, tasas de alfabetización más bajas, actitudes discriminatorias por parte de responsables de la atención médica, así como la falta de formación y concientización en el sistema de salud sobre las necesidades específicas de mujeres y niñas.
La científica trata de hacer frente a estos desafíos a través de una cooperación, ampliada recientemente, entre la Asociación Inglesa de Fútbol (FA) y la empresa de salud The Well HQ, de la cual es fundadora.
Algunos obstáculos pueden tardar años en derribarse, pero otros deberían ser más fáciles de afrontar, dijo Ross, y señaló que los sujetadores, por ejemplo, son una cuestión poco tenida en cuenta, pero que puede marcar una gran diferencia. Los estudios indican que las mujeres con senos más grandes hacen un 37% menos de ejercicio y, en el nivel superior, no tener eso en cuenta y no usar un sostén adecuado es un problema.
"Cuando hicimos un gran proyecto de sujetadores deportivos antes de los Juegos de Tokio (que se celebran en 2021) en mi anterior puesto, el 50% de las atletas no llevaban el estilo de sujetador adecuado para darles un soporte óptimo. Es decir, que el problema se naturaliza. Creo que todo el mundo piensa que si has nacido en un cuerpo femenino sabes cómo funciona y cómo sacarle el máximo partido. Y, por desgracia, eso no es siempre así”.
Riesgos nutricionales
Otro asunto que preocupa a Emma Ross es la nutrición. Su experiencia le ha enseñado que la actitud de la sociedad ante el cuerpo femenino hace que las mujeres se alimenten mucho menos que los hombres, sobre todo en lo que se refiere a los hidratos de carbono.
Dada la gran cantidad de energía que gastan las atletas, la falta de una alimentación suficiente y adecuada suele provocar la interrupción de su ciclo reproductivo, lo que es visto como algo "normal”, pero no lo es, y puede afectar su salud ósea, muscular y cerebral, así como a su sistema inmunitario.
"Lo que vemos en las chicas que no se alimentan bien es que algunos años más tarde empiezan a desarrollar osteoporosis, porque no tienen suficientes hormonas que las ayuden a fortalecer los huesos. Por lo tanto, muchas mujeres presentarán una lesión ósea, como una fractura por estrés. Y esa será la primera vez que se detecte una insuficiencia alimenticia y hormonal, porque los huesos no están creciendo con la fuerza que debieran".
Ross agrega que también la insuficiencia alimentaria conlleva un riesgo para la salud mental, lo que repercute en el rendimiento y la longevidad de la carrera.
Potencial perdido, y un largo camino para mejorar
"Necesitamos mejorar mucho en estos aspectos, porque creo que la carga que esto supone para el deporte es mucho mayor de lo que se sabe, por ejemplo, acerca de cuántas mujeres no alcanzan a desarrollar su potencial", advierte Ross.
Ese potencial perdido también se aplica a las niñas que no practican deporte ni siquiera a nivel básico porque sus períodos menstruales son demasiado abundantes, sus senos no tienen el soporte adecuado, o sienten demasiado dolor.
La comprensión y el estudio de la salud de las mujeres tienen que recorrer todavía un largo camino en la sociedad, pero el deporte puede tener un papel pionero que desempeñar. Especialmente porque eso significa dar prioridad al bienestar como un elemento vital para el rendimiento.
(mw/cp)