La crisis "es una oportunidad para Ecuador"
11 de enero de 2024Tras una demostración de poder sin precedentes de las bandas criminales ante las cámaras de televisión, el Gobierno ecuatoriano muestra su poder. El joven presidente lanza soldados y policías a la lucha contra las bandas. Pero las raíces del problema son más profundas.
DW ha conversado con expertos nacionales y regionales, y lo hace ahora con dos expertos alemanes, observadores de la política y economía de Ecuador, sobre la situación en la que se encuentra el país.
¿Cómo pudo llegar a este extremo la violencia en Ecuador?
"Ecuador experimenta un aumento constante de la violencia desde hace unos tres años, debido principalmente a la fuerte presencia de los cárteles mexicanos de la droga. El país se encuentra entre Colombia y Perú, los dos mayores productores de cocaína, y ha sido convertido en un nuevo centro de operaciones de varias mafias mundiales, Esto ha transformado a Ecuador en un país mortalmente inseguro en pocos años, triplicándose la tasa de homicidios entre 2021 y 2023", comenta el Dr. Georg Dufner, analista de la consultoría alemana Emerging Markets Advisors y especialista en los países andinos.
"El caldo de cultivo de la delincuencia es el estancamiento económico de los últimos años. El Gobierno saliente de Lasso no tuvo éxito en combatir esta violencia, y las múltiples declaraciones de estado de excepción no han hecho nada para cambiar esta situación", agrega.
"La operación 'Metástasis', llevada a cabo por la Fiscalía hace unas tres semanas, para acabar con la corrupción en el Estado, ha sido crucial. No era previsible hasta este extremo, pero el conflicto ha estado latente durante mucho tiempo y el Gobierno actual interviene. La reacción del crimen organizado también demuestra que las acciones del Gobierno actual les están molestando", evalúa, por su parte, Johannes Hügel, director de la oficina de la Fundación Konrad Adenauer (KAS, por sus siglas en alemán) en Ecuador.
¿Qué impacto tiene la escalada de violencia en la economía del país?
"La violencia afecta doblemente al amplio sector informal", observa Dufner. Primero, "a través de la sensación de amenaza que sienten quienes tienen que trabajar en la calle o quienes son reclutados por los cárteles. Sin embargo, esto es muy difícil de cuantificar", dice. Pero, en segundo lugar, lo que sí es "evidente es el impacto muy negativo en el turismo, con múltiples advertencias de viaje emitidas y algunas embajadas incluso cerradas", afirma.
"La economía real oficial, especialmente la industria y las materias primas, estaba estancada de todos modos, pero es probable que se vea menos afectada", prevé el analista de Emerging Markets Advisors.
"La economía del país ya está sufriendo mucho y el conflicto la está lastrando aún más. Sin embargo, el Gobierno anterior pudo reducir la deuda externa y ayudar así a la economía. No obstante, hay que crear perspectivas para la población, especialmente los jóvenes, para que no caigan en las garras de los delincuentes y tengan una alternativa para sus vidas. A largo plazo, la escalada actual podría contribuir a la recuperación de la situación general si el Estado consigue resolverla respetando los derechos humanos", sugiere Hügel, el director en Ecuador de la KAS, una fundación cercana al partido conservador alemán CDU.
¿Cuáles son las perspectivas para Ecuador?
"El presidente Noboa sólo tiene un mandato acortado hasta mayo de 2025, tras la destitución de su predecesor", Guillermo Lasso, recuerda Dufner: "La violencia y también la opinión pública dictan ahora su agenda. Sin embargo, es un recién llegado a la política, sin una gran base o estructura de partido, lo que hace difícil evaluar si tendrá éxito en la lucha contra los cárteles. Al menos, las prioridades de su breve mandato deberían estar ahora claras".
Para Hügel, como sea, "la esperanza debe seguir siendo siempre el principio rector. A fin de cuentas, nadie puede decir cuáles son las perspectivas para el país, pero la línea del presidente de dejar que los hechos prevalezcan sobre las palabras ha sido bien recibida por la población, sobre todo porque el conflicto ha unido a los poderes ejecutivo y legislativo, lo que no es habitual aquí. El conflicto no tiene bandera política, todos los ecuatorianos están afectados y unidos frente a la delincuencia y la violencia. Es una oportunidad para el país."
(rml)