La Constitución de Weimar: "Democracia sin demócratas"
Alemania, 1919: la guerra se perdió, el emperador dejó el país. Se necesita una nueva Constitución. Los disturbios de Berlín llevan a elegir a la ciudad de Weimar como sede de la Asamblea Constituyente.
Constituyente en Weimar
Entre el 6 de febrero y el 21 de agosto de 1919 sesionó la Asamblea Constituyente en la localidad de Weimar, en Turingia. 423 representantes electos asumieron la gran tarea de formar un gobierno provisional, redactar una Constitución democrática y elaborar un tratado de paz con las potencias vencedoras de la I Guerra Mundial.
Disturbios en Berlín
Alemania perdió la guerra, que dejó 17 millones de muertos. Los aliados atribuyen a los alemanes la responsabilidad exclusiva del estallido de la conflagración. El emperador se marcha al extranjero. La joven república se ve sacudida por levantamientos y se cierne sobre ella la amenaza de una guerra civil. Prácticamente a diario hay manifestaciones, como la de la foto, del 11 de mayo de 1919.
El Reichstag
La Asamblea Nacional no puede sesionar en el edificio del Reichstag ya que este se utiliza para acuartelar soldados. Un reporte de mayo de 1919 indica que el interior del inmueble está “tan sucio y dañado” que no es posible usarlo para reuniones parlamentarias. Primero hay que desinfectarlo y sanearlo a fondo.
Ciudad bien custodiada
A diferencia de Berlín, Weimar resulta fácil de defender. Varios miles de hombres protegen la localidad, cuyas vías de acceso fueron bloqueadas en gran parte. Lo que no muestra esta postal de 1919 es que en los balcones que rodean al teatro donde sesionó la Constituyente había apostados soldados armados.
El primer presidente
El espacio es escaso. La Asamblea elige presidente a Friedrich Ebert, del Partido Socialdemócrata. El SPD tiene el mayor número de escaños, seguido de del Partido de Centro, católico, y el Partido Democrático Alemán, de corte liberal. Estas tres colectividades conforman la “Coalición de Weimar”. La Asamblea Nacional aprobó la Constitución el 31 de julio de 1919.
El poder del pueblo
La de Weimar es la primera Constitución democrática alemana. El texto fue elaborado por el jurista liberal Hugo Preuß. El político socialdemócrata Eduard David afirmó que Alemania era “la democracia más democrática del mundo”, mientras el político de centro Konstantin Fehrenbach calificó a los alemanes de “el pueblo más libre del mundo”. Sabido es que la historia tomó luego un rumbo diferente…
Fallas de nacimiento
Las fallas de nacimiento de la Constitución de Weimar no se vislumbraban por ese entonces. El presidente Friedrich Ebert firmó la Carta Fundamental el 11 de agosto de 1919, en el palacio de Schwarzburg. El cargo de presidente está concebido como un fuerte contrapeso al Parlamento, el Reichstag. Es elegido por el pueblo en votación directa y tiene amplias atribuciones.
“Democracia sin demócratas“
Estos caballeros son demócratas a carta cabal: Friedrich Ebert (izquierda) y Konrad Adenauer, por ese entonces alcalde de Colonia, quien después de 1945 fue clave en el nacimiento de la República Federal de Alemania. El primer intento de establecer la democracia en Weimar falló por falta de conciencia democrática. Algunos observadores de la época hablaban de “una democracia sin demócratas”.
Pregunta sin respuesta
Cuando Friedrich Ebert prestó juramento a la nueva Constitución, en 21 de agosto de 1919, no hubo ninguna ceremonia solemne. No obstante, mucha gente se congregó en la Plaza del Teatro de Weimar. 95 años más tarde se sigue discutiendo en qué medida las presuntas fallas de nacimiento de esa Constitución facilitaron el colapso de la república y la llegada al poder de Hitler.
Las lecciones de Weimar
La Carta Fundamental es la base del sistema político de la República Federal de Alemania. En comparación con la época de Weimar, en la actual Constitución las facultades presidenciales son mucho más reducidas, al igual que la posibilidad de realizar referendos. Además, los partidos deben obtener más del 5 % de los votos para tener representación parlamentaria, con lo que se evita su atomización.