La capitulación
25 de enero de 2005
Churchill, Truman, Stalin y de Gaulle asisten a la firma de la rendición y dan la buena nueva al mundo. Casi 60 millones de vidas se cobró la Segunda Guerra Mundial. 27 millones de víctimas en la Unión Soviética, 6 millones de judios asesinados, el exterminio sistemático de varios otros grupos, 5 millones de víctimas alemanas: éste es el balance del horror al 8 de mayo de 1945 –el día de la capitulación incondicional, la derrota militar y moral de Alemania.
16 de abril de 1945
El Ejército Rojo está listo para atacar Berlín. Sólo un grupo de despojos de unidades del Servicio de Seguridad (SS) y de la Wehrmacht –el ejército alemán en su denominación hasta el año 1945– están dispuestas a defender la capital.
21 de abril de 1945
El ministro de Propaganda del régimen nazi, Joseph Goebbels, declara que a Berlín frente de guerra: “En heroica defensa, nuestras valientes divisiones y levas populares han causado pérdidas a los soviéticos durante los últimos días. Su sacrificado servicio no ha podido, sin embargo, impedir que los bolcheviques lleguen hasta las líneas de defensa de la capital del Reich. Berlín es, con ello, frente de guerra”.
Ese mismo día, el Ejército Rojo, bajo el mando del mariscal Zhukow, llega a los suburbios berlineses. Entretanto, las tropas norteamericanas se acercan desde el oeste. Las rusas, desde el este, avanzan hacia el corazón de Alemania.
25 de abril de 1945
La emisora británica BBC anuncia: “Este y oeste se han encontrado. El miércoles, 25 de abril de 1945, faltando veinte minutos para las cinco, las tropas norteamericanas del general Bradleys de la 12.ª brigada hicieron contacto con unidades soviéticas bajo las órdenes del mariscal Konves de la 1.ª Brigada ucraniana cerca del pueblo alemán de Torgau a orillas del Elba”.
Sin embargo, y haciendo caso omiso a la noticia, en las calles de la capital las unidades alemanas libran una cruenta batalla contra el Ejército Rojo. “Berlín sigue luchando, Berlín confía en el Führer“, se escucha en la radioemisora alemana.
28 de abril de 1945
Hitler recibe la noticia de que las tropas soviéticas están a punto de tomar la Cancillería. Contrae, entonces, matrimonio con su amante Eva Braun, hace su testamento político y nombra al gran almirante Dönitz como su sucesor. Joseph Goebbels y su esposa, que habían resistido al lado del Führer en su búnker, se suicidan junto con sus seis niños ingiriendo veneno.
30 de abril de 1945
Hitler no quiere caer en las manos de los rusos, ni vivo ni muerto. A las 15.30 horas se pega un tiro , y Eva Braun ingiere veneno. A ambos cuerpos, siguiendo la voluntad de Hitler, se les prende fuego.
1 de mayo de 1945
La radio anuncia: “Desde el cuartel general del Führer se anuncia que nuestro Führer Adolf Hitler ha caído esta tarde en su puesto de mando en la Cancillería del Reich habiendo luchado hasta el último aliento por Alemania contra el bolchevismo”. Y a pesar de ello, las luchas continúan en Berlín, alentadas por el fanatismo de los generales. Durante estos días de batalla en la capital mueren más berlineses que durante todos los años de bombardeos aéreos.
2 de mayo de 1945
La emisora BBC interrumpe su programación para anunciar noticias que llegan desde Moscú: “Berlin has fallen”, Berlín ha caido. Ese mismo día se entregan las unidades que quedan en Berlín. Y sin embargo, Dönitz, el sucesor de Hitler, quiere evitar aún la capitulación incondicional y espera que la mayor cantidad de soldados puedan escapar a los territorios controlados por los Aliados occidentales.
El fin de la guerra
Cinco días más tarde en la francesa ciudad de Reims, la delegación alemana presente en el cuartel general del general norteamericano Eisenhower tiene que acceder a la capitulación incondicional. Dönitz se encarga de anunciar la noticia a su pueblo: “Am 8.Mai um 23 Uhr schweigen die Waffen”, el 8 de mayo a las 23:00 callan las armas.
A insistencia de Stalin, la ceremonia debe ser repetida ante el mariscal Zhukov en Berlín. Así, en la madrugada del 9 de mayo, el documento de capitulación debe ser firmado por segunda vez. Charles de Gaulle, Jossif Stalin, Harry S. Truman y Winston Churchill transmiten a sus pueblos y al mundo entero la noticia:
“La guerre est gagnee. Voici la victoire”, la guerra está ganada, la victoria está aquí, dice de Gaulle.
“Faschistskaja Germanija, postavlennaja na kolenii krasnoj armiej i vojskami nascich sojuznikov, priznala sebja pobezdennoj i objavila bezogovorocnuju kapituljaciju”: La Alemania fascista, derrotada por el Ejército Rojo y las fuerzas de nuestros aliados, se ha dado por vencida y ha accedido a la capitulación incondicional, anuncia Stalin.
“The flags of Freedom fly all over Europe”: las banderas de la libertad ondean en toda Europa, proclama Truman.
“In all our long history we have never seen a greater day than this”: En nuestra larga historia no ha habido nunca un día más magnífico que éste”, subraya jubiloso Winston Churchill.