La cámara espía reconquista el mercado
26 de agosto de 2004Los nuevos diseños de Minox superan a la cámara espía más famosa de todos los tiempos. Incluso James Bond se hubiese sentido halagado por poder utilizar esas cámaras en miniatura para luchar al servicio de su majestad. ”Más pequeña que un cigarrillo y más ligera que un mechero“, anuncia la empresa en el slogan publicitario.
La Riga Minox, fabricada en Letonia, fue uno de los instrumentos inprescindibles en el equipaje de los espías de la II Guerra Mundial. Todo un avance de la técnica para el servicio secreto al ser una de las cámaras más pequeñas de la época con un formato de película de 11 x 8 mm. La importancia de estas cámaras en el espionaje internacional fue tan grande, que incluso la CIA guarda algunos ejemplares en las vitrinas de su museo.
Sin embargo, tras años de bonanza, la empresa tuvo que pasar por un proceso de reestructuración para salir de la crisis. De los 1.000 empleados en los años setenta, tan sólo quedan 30. “Somos una empresa pequeña pero flexible. Además hemos pasado ya por la reestructuración al contrario que otras empresas que todavía la tienen pendiente“, declara el director Thorsten Kortemeier.
Reestructuración tras la fama
A pesar de sus éxitos en la época de los espías, la empresa se encontraba en 1988 al borde de la quiebra. La marca no pudo soportar la presión de la competencia asiática e incluso se declaró en suspensión de pagos. Mientras tanto, Minox siguió produciendo. Tras siete años en situación de crisis, el fabricante de cámaras Leica compró la compañía para seguir explotando la marca. Los nuevos propietarios se dieron cuenta de que la compañía no se adaptaba a sus planes y decidieron al fin venderla a los propios trabajadores.
En los años pasados , Minox abandonó la crisis y se recuperó de manera sobresaliente. Pese a la dura competencia en el sector fotográfico, Minox cerró los tres últimos ejercicios con un balance bastante prometedor. Kortemeier afirmó que el progreso de la empresas se debe a haber aprovechado sectores del mercado que hasta ahora estaban sin explotar. Debido a la crisis en el sector, la empresa tuvo que buscar otras vías de distribución alternativas.
Nuevos tiempos, nuevos mercados
Con nueva estrategia de distribución, Minox hace posible que muchos de los pasajeros de algunas de las líneas aéreas más importantes del mundo puedan comprar sus cámaras en los catálogos de a bordo. Los pequeños aparatos se venden en las alturas en los “mercados” de Lufthansa, KLM y Singapore Airlines entre otras. También es posible adquirirlas durante un viaje en tren. “Las cifras de negocio procedentes de aviones y trenes constituyen más del 50% de las ventas anuales”, afirmó orgulloso Kortemeier.
Otra de las estrategias de Minox es competir con el diseño. Actualmente, otro de los sectores de mercado preferentes de la compañía es el regalo publicitario y de empresa, para el que la compañía creo una cámara en forma de OVNI. Entre sus mejores clientes, la empresa cuenta con grandes bancos, ministerios y consulados. Todos prefieren regalar productos “Made in Germany”. Pero, a pesar de desarrollar sus cámaras y lentes en Alemania, la mayor parte de la producción se trasladó a Asia, donde los costes de producción son más baratos.
Utilizar las posibilidades que abrió el mercado de las cámaras digitales es otra de las asignaturas de Minox. La fotografía digital ofrece muchas más posibilidades al diseño por no necesitar el espacio para la película.
Las Minox, tan caractéristicas por su diminuto tamaño, seguirán en el mercado en los próximos años, pero sobre todo permaneceran en el recuerdo de todos como el arma obligada de los espías más famosos.