Jan Ullrich, perseguido por la mala suerte

Hace ya meses que empezó la subasta por los servicios del más exitoso ciclista alemán. Cuando apenas había pasado un día desde que Jan Ullrich rescindiera su contrato con el equipo Telekom, otros dos grupos, el danés CSC y el alemán Team Coast pronunciaron su interés por contar con el joven para la próxima temporada.

Ullrich había justificado su separación de Telekom, equipo al que representaba desde 1995, con la idea de querer protagonizar un nuevo debut deportivo. Más que necesario, ya que el año 2002 sólo le trajo mala suerte y mala publicidad.

Debido a una lesión en una rodilla, Ullrich no participó en ninguna competición deportiva desde enero de este año. Ello le obligó a renunciar a participar en el Tour de France del 2002. Además, su imagen de ‘chico bueno’ había recibido un duro golpe después de que el pasado julio diese positivo por anfetaminas en un control antidopaje.

Exito y fracaso, suerte y desgracia siempre parecen haber sido parejas estrechamente ligadas en la biografía de Jan Ullrich. En su primer año como profesional ganó el campeonato alemán de contrareloj. En 1996 se dio a conocer en el pelotón internacional al quedar segundo en su primer Tour de France. Ya en ese entonces se pensó que podría haber conseguido más pero que se limitó a apoyar a su jefe de equipo, Bjarne Riis.

Exito prematuro

1997 fue el año de los triunfos para la nueva estrella del ciclismo. Ullrich ganó varios campeonatos, entre ellos de nuevo el de Alemania, y logró la victoria en el Tour como primer y hasta ahora único alemán. Pero desde entonces empezaron los problemas.

En 1998 Ullrich llegó a Francia con diez kilos demás y fuera de forma. De todos modos logró ocupar la segunda plaza. Empezaron la críticas por su supuesta falta de disciplina y empezaron también sus problemas con la rodilla que le persigen hasta el día de hoy. En 1999 la rodilla lesionada le impidió la participación en el Tour.

Desde entonces el eterno "segundo" produjo más titulares negativos que culminaron en el control sorpresa de doping, en julio de este año, revelando que se había tomado pastillas de éxtasis en un paseo nocturno por las discotecas. La presión de tener que ganar continuamente, las operaciones en la rodilla y la frustración general fueron las causas más comunes de las que especuló en la prensa cuando se habló del ocaso de Ullrich.

Esperanzas

De momento, Jan Ullrich parece haber encontrado de nuevo su espíritu de campeón y las ganas de demostrar que todavía no esta acabado. Se encuentra a la espera de concretar su fichaje por el equipo CSC de su amigo danés Bjarne Riis. Pero las cosas parecen haberse complicado, ya que CSC no parece encontrar un patrocinador capaz de pagar el sueldo de un Jan Ullrich. ¿De nuevo la sombra de la desgracia?

Ullrich, de 28 años, anuncia ahora querer volver cuanto antes a las competiciones deportivas. "Estoy suspendido hasta el 23 de marzo del 2003. Si todo va bien, podré disputar mi primera competición a finales de ese mes en la Semana Catalana", señaló Ullrich en una entrevista con el dominical alemán 'Welt am Sonntag'.

Su meta es el Tour de France del 2003. No se trata de un Tour de siempre. La gala entre las competiciones ciclistas cumplirá en 2003 los cien años. Si Ullrich logra ganar en 2003, nadie más hablara de los traspiés del pasado.