Irak: dudoso papel de espías alemanes
28 de febrero de 2006Las informaciones publicadas por el diario "The New York Times" sobre la cooperación entre las fuerzas estadounidenses y el servicio secreto alemán durante la guerra contra Irak en 2003 desataron una ola de desmentidos y especulaciones en Alemania. Según un informe secreto del Pentágono, citado por el diario neoyorquino, dos agentes de Alemania en Bagdad lograron hacerse con el plan de Saddam Hussein para la defensa de su capital, que entregaron a los servicios secretos de EEUU.
El desmentido de Berlín no se hizo esperar. El gobierno alemán reafirmó su versión que publicó el pasado jueves en un informe de noventa páginas sobre el papel de Alemania durante la guerra y, en particular, sobre la actuación de los dos agentes. El ejecutivo sostenía en él que los agentes sólo facilitaron información encaminada a evitar bombardeos de blancos civiles, como hospitales, colegios o embajadas.
El 'tercer hombre' en Doha
Sin embargo, las informaciones filtradas por el diario son muy detalladas y coinciden en muchos puntos con hechos que ya salieron a relucir. Se vislumbra que la ayuda que Alemania prestó a EEUU fue más allá de la que el gobierno de Berlín reconoció hasta el momento.
Para averiguar las responsabilidades políticas hay que meterse en los detalles y estudiar el camino concreto que tomaron las informaciones que se entregaron a los estadounidenses. De los dos agentes presentes en Bagdad ya se sabía antes, pero por medio del New York Times se sabe ahora de un tercer agente alemán (con el alias de "Gardist") estacionado en Qatar.
Según el New York Times, este agente recibió las peticiones de información por parte del comando estadounidense en Doha y las pasó directamente a Pullach, sede central del servicio secreto germano. Según el informe del gobierno alemán hubo un total de 33 peticiones del comando militar estadounidense. Éstas fueron pasadas desde Pullach a Bagdad como órdenes de investigación.
Investigación necesaria
Según las últimas informaciones, no hubo un contacto directo entre el agente "Gardist" y sus colegas en Bagdad. A principios de febrero y en sesión cerrada, el agente "Gardist" hizo declaraciones ante el gremio de control parlamentario alemán sobre el trabajo de los servicios secretos (PKG). Según uno de sus miembros, ese misterioso agente "ni siquiera conocía los números de teléfono" de sus colegas en Bagdad.
Quedan muchos interrogantes. ¿Se trata de indiscreciones lanzadas con un fin determinado? ¿Rivalidades y zancadillas entre servicios secretos? ¿Quién supo qué detalle en qué momento? Las declaraciones y los desmentidos del gobierno alemán no son satisfactorios. Convocar una comisión parlamentaria de investigación es inevitable y absolutamente necesario.